Identifican contaminantes químicos ambientales que aumentan el riesgo ante la enfermedad

Señala que las conclusiones abren la puerta a políticas para controlar los riesgos

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Un estudio científico con participación de investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital del Mar) y del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha identificado algunos contaminantes químicos ambientales que aumentan el riesgo de desarrollar el Covid-19.

Los resultados "pueden explicar en parte las grandes diferencias" en las respuestas inmunitarias y clínicas en la infección por la enfermedad, según un comunicado conjunto de ambos centros de este martes.

El estudio ha sido publicado en la revista 'Environmental Research' y también ha contado con la participación de profesionales de la Universidad de Las Palmas y del Ciber de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp), Obesidad y Nutrición (Ciberobn) y Enfermedades Infecciosas (Ciberinfec).

Los investigadores han explicado que los contaminantes identificados llegan al cuerpo humano por vías como aparatos electrónicos o determinados piensos en la ganadería intensiva, por lo que han subrayado que las conclusiones obtenidas abren la puerta a "políticas para controlar los correspondientes riesgos".

También han destacado que es el "primer estudio prospectivo en el mundo", puesto que ha partido de las muestras de sangre obtenidas en 2016 de 240 personas residentes en Barcelona.

CONTAMINANTES QUÍMICOS

La investigación concluye que el riesgo de infección de Covid-19 era mayor cuanto más altos eran los niveles sanguíneos de talio, rutenio, plomo y oro, mientras que era menor cuanto más altas eran las concentraciones de hierro y selenio.

Asimismo, "identifica mezclas de hasta cinco substancias" que aumentan los riesgos mencionados y señala otras variables que también influyeron en la divergencia de respuestas ante la infección: nombra las enfermedades que el paciente ya sufría, el tabaquismo, la edad, el nivel educativo, la densidad de personas en una vivienda o la exposición al virus en el transporte público o en el trabajo.