El jefe de la Guardia Urbana de Barcelona: "El ámbito técnico ha estado exento de injerencias"

El jefe de la Guardia Urbana de Barcelona, el intendente mayor Pedro Velázquez

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El intendente mayor jefe de la Guardia Urbana de Barcelona, Pedro Velázquez, ha afirmado que el ámbito técnico del cuerpo policial "ha estado exento de injerencias" políticas.

"No me he sentido presionado, sí he recibido directrices políticas", ha aseverado en una entrevista en 'La Vanguardia' de este jueves, en la que ha explicado que habla con frecuencia con la alcaldesa de la capital catalana, Ada Colau.

Velázquez ha defendido que la policía municipal ha "apretado el acelerador", por lo que ha pedido ajustar las respectivas velocidades con los Mossos d'Esquadra.

"No quiero hablar de desajustes, pero hemos tenido que insistir y el Ayuntamiento de Barcelona presionar para defender proyectos", ha lamentado, y ha reivindicado que la singularidad de la capital catalana exige un modelo policial diseñado exclusivamente para ella.

SEGURIDAD

Velázquez ha abogado por un "concepto mucho más amplio de la seguridad" al considerar que trasciende la actividad delictiva y requiere coordinación con otros actores --como urbanismo o servicios sociales, ha nombrado-- para que participen en la resolución de conflictos.

Ha destacado la relevancia de la seguridad percibida --que ha descrito como precaria-- más allá de las estadísticas en la materia y ha valorado que 3.500 guardias urbanos es una cifra razonable: "En estos momentos doy más valor a la seguridad subjetiva que a los datos objetivos".

Asimismo, ha manifestado preocupación por "picos de violencia" observados: ha insistido en que las armas blancas no están generalizadas, si bien sí que ha descrito presencia en situaciones concretas vinculadas al ocio nocturno y con presencia de alcohol y drogas.

TRÁFICO

Preguntado por el estado del tráfico en Barcelona, Velázquez ha subrayado que "la ciudad está en plena transición de un modelo a otro", que prevé mucho mejor que el actual, por lo que ha considerado que la ciudad necesita acomodarse a los cambios.

Ha convenido en que "hay momentos de muchísima congestión" y ha augurado que el movimiento de mercancías requerirá nuevos enfoques, entre los que se están planteando puntos para facilitar las recogidas y entregas.