El 47% de las personas sin hogar en Barcelona hace más de dos años que vive en la calle

'Arrels' alerta que un 15% no puede cubrir sus necesidades básicas y un 18% expresa algún problema de salud mental

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El 47% de las personas sin hogar en Barcelona hace más de dos años que vive en la calle. Según el último recuento de la Fundación 'Arrels' – con datos del 2021 – hay más de un millar de personas durmiendo cada noche en las calles de la ciudad, una cifra que la entidad tilda “de mínimos”, teniendo en cuenta que hay personas que se esconden porque no se sienten seguras. De hecho, según 'Arrels', el número de personas que duermen en la calle no ha bajado en los últimos tres años, y si se compara con la cifra de 658 personas que se localizaron en el primer recuento que se hizo en la capital catalana en 2008, el número ha crecido un 62% en los últimos trece años.

Por otro lado, el

también incluye otras situaciones, como las de quienes pernocta en albergues, pisos masificados, asentamientos, pensiones, instituciones temporales, refugios o casas de familiares y amigos. Así,

según datos de la

. Además, según datos municipales,

informales y locales con dinámica de asentamiento. En conclusión,

, frente a las 4.200 personas contabilizadas un año antes.

Según el último recuento de la fundación, el 91% de las personas que viven en la calle son hombres y el 7% mujeres, alrededor de los 43 años como media. 7 de cada 10 personas son migradas y llevan unos 4 años y 8 meses de media en esta situación. La gran mayoría no tienen trabajo ni ingresos estables y casi tres cuartas partes de las personas preguntadas por 'Arrels' no tenían ningún tipo de ingreso. Solo una cuarta parte afirma que cobra algo regularmente, que puede ser algún tipo de prestación social o la pensión.

La fundación sostiene que también hay quién llega a esta situación después de sufrir una experiencia traumática, como por ejemplo abusos sexuales, o maltrato físico o psicológico. Lo afirma el 14% de las personas encuestadas, con un porcentaje que se eleva al 19% en el caso de las mujeres y al 30% entre las personas de 26 a 35 años.

Un colectivo muy vulnerable

En relación con años anteriores, 'Arrels' ha identificado una ligera tendencia al alza del número de personas con grado de vulnerabilidad alta, que ya son más del 20% del total. Tal como explicado la entidad, vivir en estas condiciones tiene una relación directa con tener un deterioro más grave, con los consiguientes problemas para la salud, y los riesgos de sufrir violencia física y verbal, que forman parte del día a día de las personas sin hogar.

De hecho, un 43% de las personas entrevistadas tenían algún problema de salud, un 26% de las alguna enfermedad crónica de hígado, riñones, coro, estómago o pulmones. También se ha notado un incremento del número de personas que expresan problemas de salud mental, concretamente un 18% (el doble que al 2019 y el cuádruplo que el 2016). Además, un 40% de las personas que viven en la calle han visitado los servicios médicos de urgencias en los últimos seis meses.

Finalmente, un 15% no pueden cubrir sus necesidades básicas, que tienen que ver con la higiene, la alimentación y con encontrar un lugar donde guardar las pertenencias, entre otros. Por otro lado, 4 de cada 10 personas que viven en la calle no han sido atendidas por ningún trabajador social en el último medio año.

Recogiendo el último análisis, presentado al informe de 'Arrels', los distritos de

. Una proporción que – según 'Arrels' - no tiene una relación directa con el número de recursos y equipaciones públicas y privados que hay en la ciudad para atender las personas sin hogar.

Entre las medidas inmediatas que propone la fundación para paliar la situación hay la de abrir espacios pequeños en cada barrio porque centenares de personas dejen de dormir en la calle, fortalecer los equipos de calle, abrir más espacios diurnos y atender las necesidades básicas desde todos los barrios, crear equipos de salud orgánica que visiten las personas en la calle, así como más coordinación y formación de los cuerpos policiales.