PLAYAS CON MENOS ARENAS

¿Qué significa que la costa está erosionada?

¿Has notado que las playas tienen menos arena que antes, los acantilados se derrumban y encontramos pedruscos por todas partes?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

El CREAF se une a una campaña fotográfica impulsada por la iniciativa europea #Mission4Nature, para recoger el estado de salud del litoral mediterráneo. El reto que nos proponemos es recibir un centenar de fotos de playas, acantilados y riberas rocosas con la etiqueta #resuelveelreto, mencionando a @creaf_ecologia y a @gov4nature e indicando su ubicación. ¿Has notado que las playas tienen menos arena que antes, los acantilados se derrumban y encontramos pedruscos por todas partes? Las playas se hacen cada vez más estrechas y durante los temporales barrios enteros reciben las olas del mar; es el impacto de un fenómeno que se conoce como ‘erosión costera‘ y estamos haciendo su seguimiento científico. Pero ante todo, te explicamos con detenimiento esta problemática.

Sin espacio para poner la toalla

Las playas son sistemas geológicos conformados por muchas partes diferentes y la zona donde ponemos la toalla es, en realidad, sólo una pequeña parte. Como puede observarse en la siguiente figura, la playa real va de las dunas al mar, pasando por las bermas (partes planas o con un poco de relieve, como si fueran montañitas), los escarpes (taludes muy inclinados), la zona litoral (primera línea del mar) y la zona sublitoral. Sin embargo, esta fotografía del sistema playa no es estática, está en continuo movimiento, y existe un flujo constante de arena desde la tierra, desde los ríos, marismas y lagunas, hacia el mar. Así se van creando las distintas formas de dunas, bermas y etc. entre las fases de ganancia de arena (de acreción) y de pérdida (erosión) a lo largo del tiempo.

El principal problema de este sistema dinámico de la playa es que la sociedad hemos plantado encima edificios, espigones, puertos, paseos y líneas de tren hasta la misma línea de costa. Esto ha afectado a las dinámicas naturales y ha cambiado el movimiento de los sedimentos que configura todo el litoral del territorio. Además, no sólo las zonas costeras han sido intervenidas, sino que también el caudal de los ríos y rieras, que transportan la arena desde el continente hacia el mar, está gravemente perjudicado. Por eso, ahora ya no existe sólo la erosión natural como parte del proceso de acreción-erosión de arena, sino que se añade una erosión “forzada” y un desequilibrio entre las fases de ganancia y pérdida de arena. Podemos verlo claramente en las playas cada vez más estrechas, que constantemente deben recibir aportaciones de arena para mantenerse.

¿Qué implica todo esto en nuestro día a día?

Evidentemente, la erosión costera no sólo afecta a las actividades de ocio marítimo y al espacio donde ponemos la toalla, que se está perdiendo a marchas forzadas, sino que también perdemos las propiedades costeras –como es la regulación de las inundaciones y la barrera que supone para que las grandes oleadas no lleguen a los edificios– y se destruyen puntos de referencia de alto valor cultural y turístico. Tres casos muy conocidos que ya están sufriendo este fenómeno son la costa salentina en el sur de Italia, las playas valencianas y todo el litoral del Maresme.

La naturaleza salva la naturaleza

Encontrar la forma de recuperar el movimiento natural de los sedimentos de nuestras costas es un tema muy complejo. Por un lado, existen diversas técnicas de ingeniería, como por ejemplo la conocida alimentación artificial de las playas, las medidas de regeneración de las dunas o la estabilización de los acantilados mediante redes metálicas o anillos de acero. Algunos de estos métodos utilizan materiales naturales, como la vegetación local, y esto es un punto positivo. Sin embargo, hay que tener claro que no erradican el problema de fondo, la erosión costera, sino que palian sus efectos y también pueden suponer impactos no deseados, como ocurre con la regeneración de playas, que afecta al fondo marino y las especies que viven en ella.Según la experta Annelies Broekman, “las mejores soluciones son aquellas capaces de recuperar la dinámica de los sedimentos y las que ayudan a las playas a ser más resilientes frente a esta problemática. Por eso, es importante pensar bien cómo planificamos las zonas urbanas, que no invadan zonas costeras masivamente, cómo gestionamos los ríos y cómo diseñamos los puertos, entre otros”. Y advierte que “la erosión de la costa no se puede abordar sólo mediante la ingeniería, y menos cuando implica métodos intrusivos como construir diques, revestimientos, espigones, etc., sino que hay que pensar en recuperar el funcionamiento de la naturaleza a largo plazo”. En esta línea nació la Gestión Integrada de Zonas Costeras (GIZC), un protocolo para gestionar de forma responsable las zonas costeras y buscar el equilibrio entre los objetivos ambientales, económicos, sociales, culturales y recreativos.

Por último, no podemos olvidar que esta necesidad de gestión se acentúa por el momento de emergencia climática en que nos encontramos,porque el cambio de clima sube el nivel del mar, cambia los vientos y olas y aumenta la aparición de sequías, tormentas e inundaciones –fenómenos que son habituales en el mediterráneo, pero que ahora ocurren mucho más frecuentemente–.

La ciudadanía fotografiando la erosión

Un último punto muy necesario para proteger nuestras costas es que toda la ciudadanía debemos concienciarnos de esta problemática. Debemos entender qué está pasando y las consecuencias que puede tener para nuestro día a día, y así implicarnos más en la toma de decisiones sobre el futuro de la costa y sus ecosistemas.Siguiendo este objetivo, la Misión por el Patrimonio Natural (Mission for Natural Heritage en su nombre original, en inglés) del Programa InterregEuroMed lanza una campaña para recoger las fotografías que haga la ciudadanía de costa a costa en todo el mediterráneo, donde se identifique una erosión costera preocupante. Bajo la etiqueta #resuelveelreto, mencionando a @creaf_ecologia y a @gov4nature e indicando la ubicación de la playa, acantilado o ribera fotografiada, las investigadoras y gestoras ambientales de la Misión revisarán cada imagen y verán si se está entendiendo la problemática y qué zonas son las más afectadas de la cuenca.

¿Cómo identificar la erosión?


En el caso de las riberas rocosas, se considera que el acantilado está afectado por la erosión si aparecen grandes rendijas en la roca, que parece que en un futuro pueden convertirse en cuevas o arcos y acabarse separando. En el caso de las playas de arena, algo más difícil de identificar, los signos de erosión incluyen un volumen bajo de arena, una anchura menor de lo habitual en la playa o del tamaño de las dunas. Además, en las playas afectadas cuesta encontrar las formas típicas de bermas, escarpes y/o barras en el interior del mar.

Desde el CREAF estaN implicados en el proyecto con el objetivo de transmitir información desde la ciencia hacia la toma de decisiones de las administraciones competentes; al mismo tiempo queremos remarcar la importancia de implicar a la sociedad en resolver los retos para adaptarnos al cambio global