CURIOSIDADES

¿Cuál es el origen de la expresión ‘ser culo de mal asiento’?

Esta frase no tiene nada que ver con la anatomía humana sino que se refiere al fondo de las antiguas vasijas que se realizaban de manera artesanal.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Alfred López es divulgador científico y autor de la saga de libros de curiosidades "ya está el listo que todo lo sabe". Cada lunes nos explica, en La Linterna Catalunya, unas cuantas curiosidades.

Hoy, última sección de la temporada, nos trae estas:

¿Cuál es el origen de la expresión ‘ser culo de mal asiento’?

Ser culo de mal asiento es un modismo frecuentemente utilizado para referirse a aquellas personas de carácter inquieto, inconstantes (tanto en lo laboral como en lo personal) e incapaces de permanecer durante mucho tiempo realizando una misma actividad ni asentarse en algún lugar.

Lo primero que nos viene a la cabeza sobre el posible origen de la expresión es que el culo al que alude es el trasero de las personas, pero en realidad esta frase no tiene nada que ver con la anatomía humana sino que se refiere al fondo (también llamado culo) de las antiguas vasijas que se realizaban de manera artesanal, saliendo algunas de ellas de manera irregular, de manera que bailaban y no se asentaban bien sobre la superficie.

Esa anomalía en los recipientes provocaba que, con frecuencia, al ser posados sobre la mesa cayesen al suelo y se rompieran, naciendo de ahí la expresión ‘ser culo de mal asiento’ con el fin de referirse a aquello o aquel que no se asentaba con facilidad o era inestable.

Esta locución llevó a que de la misma nacieran otras frases o refranes populares como ‘Culo de mal asiento, no acaba cosa ninguna y empieza ciento’.

El enfado de los campesinos del siglo XIX que dio origen al término ‘cabrearse’

Conocemos como ‘cabreo’ o ‘cabrearse’ a un estado de mal humor o enfado cuando éste va en aumento y llega a ciertos límites de encolerizarse.

Tal acepción se le comenzó a dar a partir del primer cuarto del siglo XIX tras un descontento general por parte de los campesinos de la época debido al repentino cobro de los atrasos de los diezmos e impuestos por parte de los señores feudales propietarios de las tierras que trabajaban. Pero a pesar del entorno rural en el que se originó, cabe destacar que dichos vocablos no provienen del término ‘cabra’ con el que se conoce al animal.

Y es que los documentos (o libros) en los que se anotaban los pagos y datos referentes a las propiedades recibían el nombre de ‘cabrevaciones’ o ‘cabreos’ (vocablos que provenían del latín ‘capibrevium’ y utilizados en la Península Ibérica a partir del siglo XIV).

Pero para encontrar el origen de los términos cabreo y cabrearse (como sinónimos de enfado) debemos situarnos en el siglo XIX… Tras la llegada a España de José Bonaparte y la promulgación en 1812 de la Constitución de Cádiz (conocida como ‘la Pepa’) se pusieron en marcha una serie medidas liberales entre las que se encontraba el acabar con los abusivos pagos de impuestos y diezmos (entregar como tributo la décima parte de las cosechas y en algunos casos hasta el doble o triple) a los señores feudales propietarios de las tierras. Después llegó la ‘Restauración Absolutista’ (1814-1820), con el regreso del nefasto rey Fernando VII, le siguió el ‘Trienio Liberal’ (1820-1823) y nuevamente otro periodo funesto con una segunda etapa de absolutismo (1823-1833). Y fue precisamente durante esa década ominosa en la que los señores feudales comenzaron a reclamar a los campesinos todos los impuestos impagados desde 1812.

Hasta las propiedades se presentaban los recaudadores de tributos, acompañados en la mayoría de veces por miembros del ejército, y con el libro de ‘cabrevaciones’ (o ‘cabreos’) exigiendo el pago de lo adeudado en todos aquellos años.

Como podréis imaginar el enfado de los campesinos fue descomunal y de ahí que los términos ‘cabreo’ o ‘cabrearse’ comenzasen a utilizarse como sinónimos de enojarse y/o enfurecerse y que nada tiene que ver con las cabras (animal).

¿Cuál es el origen de la expresión ‘manejar el cotarro’?

Para encontrar el origen de la expresión ‘manejar el cotarro’ lo primero que debemos de saber qué era y en qué consistía un ‘cotarro’, el cual era el lugar destinado para albergar y dar cobijo a los vagabundos y pobres que no tenían donde vivir o dormir. Cotarro es una deformación despectiva de la palabra ‘coto’ (lugar o terreno protegido/vigilado)

La elevada afluencia de personas sin hogar hacía que habitualmente se montasen ciertos follones y alguna que otra trifulca entre los mendigos.

Por eso fue necesaria la presencia de alguien que pusiera orden, organizara y manejase aquellos cotarros, procurando que todos esperasen su turno para acceder con tranquilidad y sin montarse ninguna tangana.

Pero como en todas las cosas, algunos fueron los pillos que en el momento de manejar el cotarro cobraban algunas propinas para dar prioridad a unos frente a otros, de ahí que cuando se utiliza la expresión ‘el que maneja el cotarro’ algunas veces suela hacerse de forma negativa para referirse a quien hace chanchullos y trapicheos y está al frente del negocio.

Pero no podemos obviar que la expresión también se usa de modo positivo para señalar al que anima una fiesta u organiza a un grupo de personas. Muchas son las personas que lo utilizan como sinónimo de encargado, por ejemplo cuando preguntan por el que maneja el cotarro.