Un pastor evangélico de Vilafranca del Penedès ha acogido en su casa 11 huérfanos de Ucrania y a sus tutores
Desde hace 1 mes viven con la família Torrent, que tienen mucha experiencia acogiendo a personas con situaciones vulnerables
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En Vilafranca del Penedès, un pastor evangéligo ha abierto las puertas de su casa para acoger a 11 huerfanos de Ucrania y a sus dos tutores.
Estos niños vivían en un orfanato en la ciudad de Dnipró, ubicada en el este de Ucrania. Una de las zonas más asediadas del país y que por culpa de los múltiples ataques y bombardeos orquestados por el ejército ruso se vieron obligados a huir. Los tutores del orfanato subieron a los niños a una furgoneta y atravesaron la frontera hacia Rumanía. Una vez allí, gracias a la ONG REMAR, pudieron llegar hasta Italia en furgoneta. Después de un recorrido de más de 10 días, Gabriel Torrent los recogió en Milán y ahora hace un mes que viven con él, su mujer Anna y sus dos hijos; Biel y Jan. Una de las condiciones de este grupo era que no se querían separar bajo ninguna circunstancia, de hecho durante todo el recorrido que hicieron en furgoneta "estaban muy nerviosos, porque querían permanecer en todo momento unidos y les aterraba la idea de separarse", explica Torrent.
Un voluntario de Remar, que es amigo de Torrent, se encontró con los 11 niños y sus dos tutores en Rumanía, y sabía que el pastor tenía suficiente espacio en su casa para acoger a los 13 en total. Cuando recibió la llamada de su amigo no se lo pensó ni un minuto. Él y su familia hace años que abren las puertas de su casa a personas que se encuentran en circunstancias muy complicadas. Desde presos que estaban en proceso de conseguir el tercer grado a drogadictos. El pastor expresa que en cualquier crisis la iglesia "tiene que responder y dar servicio allí donde haga falta".
Gabriel Torrent explica que después de un mes parece que los niños se encuentran más a gusto. Dice que llegaron muy afectados emocionalmente, y que antes de la guerra ya habían sufrido situaciones muy duras. "Ahora están contentos y no paran de dar muestras de afecto, pero también están muy preocupados", afirma Torrent. Nos cuenta en Cope que viven en un estado de preocupación por todas las personas que han dejado allí y también con la incertidumbre de no saber cuando van a poder volver, "porque su intención es volver cuando todo esto acabe", añade.
AYUDAS ECONÓMICAS
Gabriel Torrent explica que amigos y personas de su alrededor lo ayudan como pueden. Una persona les ha dejado 7 portátiles para que los niños puedan estudiar y recibir clases 'online'. También habla de un amigo que trabaja en una pescadería y que de vez en cuando les envía una caja. Pero aun así reconoce que necesitaría recibir apoyo económico por parte de las administraciones públicas para seguir manteniendo la situación.
Algunos de los niños tienen infecciones en la boca y problemas físicos y mentales. Uno de los tutores necesita cambiarse las gafas y una de las niñas tiene una desviación en la columna muy importante. Por otro lado, Torrent dice que ha cuadruplicado el consumo de gasóleo por todos los traslados que se tienen que hacer. De hecho, durante estos días los niños empezarán a ir a la escuela, y esto implica un consumo todavía más elevado.