Una vecina de Ciutat Meridiana,: “Tuvimos un alcalde que no sabia que formábamos parte de Barcelona”

La periferia de la periferia… Así definen Ciutat Meridiana algunos de sus vecinos. La mayoría de residentes del Área Metropolitana olvida que el nexo entre Moncada y Barcelona se encuentra en la Zona Nord formada por Torre Baró, Vallbona y Ciutat Meridiana.

Este triplete de suburbios criminalizados por ciertos sectores de la sociedad está marginado por gran parte de las administraciones locales. Desde COPE Catalunya, hemos hablado con algunos vecinos que escenifican el día a día del barrio en la actualidad.

Las cifras no engañan. De las entrañas de Collserola nace el distrito más pobre de la Ciudad Condal. Con poco más del 52% de la población ocupada, sus 10.000 vecinos afrontan los retos de vivir con pocos recursos económicos. Según datos del Instituto de Estadística de Catalunya, la renta mediana de sus habitantes a penas supera los 8.000€ al año.

Ciudad Meridiana nació con el impulso de empresas privadas y el objetivo de acoger a 25.000 habitantes. El mismo terreno natural ya dibuja un muro con el resto de Barcelona, porque está construido en un valle del cerro de las Roquetes.

Perteneciente al distrito de Nou Barris, se convirtió en un barrio dormitorio. A mediados de los 60, miles de inmigrantes procedentes otras comunidades españolas llegaron en busca de un futuro mejor. Sustituir barracones por pisos podía parecer un intercambio tentador. Pero era una arma de doble filo a causa de las malas condiciones infraestructurales.

El conflicto de la vivienda siempre ha estado presente a la zona, pero en los últimos tiempos se ha intensificado y los vecinos toman diferentes posturas en lo que respecta a la ocupación de bloques.

El objetivo de este reportaje es romper con los tópicos. Mirar más allá para descubrir que Ciutat Meridiana es mucho más que "Villa Desahucios", como se conoce coloquialmente.

Además, gran parte de las nuevas generaciones apuesta por el barrio. La creación del Casal de Gente Joven de la Zona Nord es un claro ejemplo de ello. Pese a no tener local, sus impulsoras ofrecen una amplia propuesta de actividades para la juventud local.

Todo lo que buscan los vecinos es mejorar su calidad de vida. Y, pese a algunas discrepancias internas, la mayoría de los protagonistas valora positivamente los cambios conseguidos gracias a la de lucha vecinal.