Momentos con Luis Rodríguez

Sonia: “Tengo 22 años y he abortado”

Luis le dice: “Tú lo has pasado mal. El embrión lo pasó peor, porque no tuvo posibilidad de defenderse, no estaba en igualdad de condiciones”

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

10 min lectura

Estoy muy indignada porque han hecho una injusticia conmigo.

¿Qué injusticia?

Acudí a un centro especializado en abortos, pero al cuarto día sufrí unos dolores que me quería morir. Menos mal que tuve a una persona al lado que me ayudó, me llevó a un hospital de la Seguridad Social, y allí me arreglaron.

¿Qué había ocurrido?

Me dejaron el aborto incompleto.

¿Qué quiere decir incompleto?

Que me tuvieron que hacer un legrado.

¿De cuánto estabas?

De dos meses.

El aborto consiste en extraer el embrión, o sea, destruirlo.

Sí.

Y una parte del embrión se te quedó dentro, ¿esto es lo que quieres decir?

Sí. Los informes médicos dicen que es incompleto, porque luego tuve que ir a arreglarme.

O sea, una parte del embrión se quedó dentro de ti.

Sí, y me podría haber causado la muerte, porque eso se infecta y me podría haber matado. Cuando salí de la clínica, me fui a trabajar, me estaba sacando estudios... Pido tu opinión, porque yo no creo que sea normal que en ese centro haya cincuenta visitas al día y lo sigan haciendo.

¿Qué fue lo que se quedó dentro de ti?

Ahora mismo mucha indignación. Luego fui a un centro de la Seguridad Social y me limpiaron.

Te limpiaron no, te sacaron la parte del embrión que se había quedado dentro.

Sí, los restos, exactamente.

Los restos no, la parte del embrión. Es que queda feo decir los restos. Que te limpiaron también queda feo, como si fuera basura. No era basura, era una parte del embrión de tu hijo.

Claro.

Y lo pasaste muy mal.

Sí, lo pasé mal, físicamente muy mal.

¿Y ahora cómo estás?

Ahora estoy indignada, porque he tenido que dejar mis estudios, mi empleo...

¿Qué edad tienes, Sonia?

22 años. Y para postre mi madre me ha tenido que mandar a Madrid. Aquí estamos rehaciendo la vida.

¿Y por qué estás en Madrid?

Porque todo lo de allí me recordaba... No podía seguir allí.

¿Qué te recordaba, Sonia?

Los malos momentos que había pasado.

¿Antes o después del aborto?

Después, porque yo salí de la clínica pegando saltos, y ese mismo día me fui a trabajar. Estaba súper contenta. Eso fue un martes, y el domingo estaba desde las cuatro hasta las nueve de la mañana con unos dolores que me quería morir. ¿Usted qué opina?

¿Pides mi opinión de verdad? Es que te vas a enfadar conmigo si te doy mi opinión.

Dígamela, para eso llamo.

¿De lo que te hicieron a ti?

Del error o fallo o lo que sea que me hicieron a mí, pero esto es inhumano.

Sonia, ¿es humano abortar?

Depende de en qué situaciones sí.

¿Sabes que el embrión también siente dolor?

Sí, pero más dolor sería traerlo al mundo, donde no tendría futuro.

¿Sabes que un embrión, cuando está dentro de ti y se le tritura, siente dolor? ¿Y sabes que los embriones se defienden?

Y cuando es de una violación, ¿usted cree que puede salir adelante?

Tú lo has pasado mal. El embrión lo pasó peor, porque no tuvo posibilidad de defenderse, no estaba en igualdad de condiciones. Tú no pensaste en el dolor que el embrión podía experimentar y que está probado que sienten y experimentan, puesto que se defienden de los aparatos utilizados para extraer el embrión. Ellos se defienden, luchan. Está comprobado por ecografías.

Yo me he informado mucho, he oído muchas opiniones y tenía muy claro que eso no podía salir adelante. Con ayuda de personas cercanas salí adelante, y lo hecho, hecho está.

Tú has salido adelante, pero él no.

¿Y qué? La vida es así. A veces suceden cosas. Yo creo que hubiese sido mejor una vida que no dos. No sé qué hubiese sido de mí y de ese niño.

Pero, Sonia, te lo cargaste. Absolutamente. Que tú hayas sentido dolor porque una parte del embrión se quedó dentro de ti, me parece relativamente importante.

¿Me puede decir la opinión sobre lo que me hicieron a mí? Porque es que ya le digo, fue de una violación. Yo creo que no hay nada más feo que traer una persona al mundo que no sea deseada.

Pero esta persona no tenía culpa de tu violación, ¿o sí? ¿Tenía culpa?

¿Y yo?

Tampoco, tú no tenías culpa de nada.

Yo estaba dormida, inconsciente.

Sinceramente lo lamento. Fue una experiencia traumática para ti. Pero no me estabas hablando de la violación, me estabas hablando del aborto.

No, estaba hablando sobre lo que me hicieron.

Tú fuiste a abortar, te extrajeron parte del embrión...

Hicieron mal su trabajo. O un error, lo que fuese. Eso no está bien. Me podrían haber matado, no al niño, sino a mí también. Y yo creo que vale más mi vida que una operación mal hecha.

Yo creo que valen las dos vidas igual.

Más vale venir una vida que no dos, y dos muertas.

Denúnciales. Ya te dije al principio que no te iba a gustar mi opinión.

Te entiendo y pienso como tú, pero yo no tuve otra salida.

Yo entiendo que en ese momento a ti te pareciera que no había otra salida. Y el hecho de que tú fuiste violada me parece tan grave y traumático, y de verdad lo lamento.

Ni económicamente, ni un piso, ni padre... ¡Nada! ¿Cómo voy a traer una criatura al mundo?

Estás nerviosa, Sonia. Yo de verdad lo siento. Sé que estás preocupada, nerviosa, con rabia...

Sí, mucha rabia, porque me han hecho una injusticia. Quiero justicia. Esto no está bien y no quiero que le pase a ninguna mujer más.

Tú dices que es una injusticia. Yo todo lo veo una injusticia. Me parece injusto que un niño antes de nacer no se pueda defender y que los demás decidan por él y lo aniquilen.

Comprendo todo lo que me está diciendo y tiene parte de razón, pero tiene que comprender que no podría salir adelante sin ayuda de nadie.

Es una situación muy complicada, lo entiendo.

Tengo amistades que han salido adelante con niños, y los niños no tienen un futuro digno. Me refiero a unos pañales, unos potitos...

Hay organizaciones provida que en casos así te ayudan con los potitos y los pañales.

¿Y por qué ir pidiendo ayuda cuando se puede trabajar y tener estabilidad económica para sacar adelante un niño? Se puede evitar, ¿verdad?

Vivimos en una sociedad donde la vida tiene muy poco valor, se mata a los niños antes de nacer y a los ancianos antes de morir. ¿Tú crees que es justo, Sonia?

Yo lo que he hecho no ha sido un asesinato.

Esa palabra no la he usado yo, Sonia.

En aquellas horas deseaba la muerte, era un dolor...

Imagínate el de él.

Yo no sentía ese dolor de él, yo sentía el mío porque estaba viva.

Él también estaba vivo.

Pero era un fruto que yo no quería.

Era un niño no deseado, por eso te lo quitaste de encima.

Sí, por eso fue.

Lo siento mucho, Sonia.

Interviene Vicky por teléfono para hablar con Sonia: “Estoy indignadísima. Tengo incluso un nudo en la garganta. Para mí eres simplemente una asesina, y yo dudo mucho hasta de que a ti te hayan violado.”

“Vicky, ¿a ti te han violado?”, pregunta Luis.

“Sí”, responde Vicky.

“¿Y has tenido un hijo por una violación?”, pregunta Luis.

“Sí, tengo un hijo de doce años fruto de eso”, responde Vicky, “y es lo mejor que me ha pasado en la vida, ese niño. Tengo 33 años y cuando me pasó eso tenía 21 y una niña de dos años, y sin un piso. Y preferí tener mi hijo.”

Vicky se dirige ahora a Sonia y le dice: “Fuiste muy cobarde y muy egoísta, eso es lo que pienso de ti. Y como yo seguramente muchísimas más personas. Porque por un hijo das tu vida, hasta la última gota de tu sangre. Yo me vi con mi barriga en la calle, con una niña de dos años y sin un trabajo. Y ahora mi hijo tiene hoy doce años. Y se me pasó por la cabeza quitármelo. Y al día de hoy no sabes el sufrimiento que tengo cada día de pensar que estuve a punto de quitármelo cuando lo miro. Para mí mi hijo es mi vida, con lo que me levanto cada día y con las ganas que me dan de luchar por ellos.”

Interviene Montse, una nueva oyente por teléfono: “Yo tengo 37 años y soy hija de una violación. Y mi madre tenía dos hijos más.”

“¿Tú eres el fruto de una violación?”, le pregunta Luis.

“No me gustaría que mi hijo dijese eso”, replica Sonia.

“No es ninguna vergüenza”, le dice Montse. “Al contrario, es mucho orgullo pensar que una madre que podría haberme tirado a un contenedor o haberme abortado, salió adelante. También me podría haber repudiado y haber dicho: “Yo no la quiero”, pero dijo: “No, ella no tiene la culpa.” Tú también podías salir adelante.”

Vicky añade: “Estoy completamente de acuerdo con Montse. Yo me gané la vida y estuve hasta los ocho meses y medio de un trabajo a otro. Para mí mi hijo es lo más grande que tengo.”

Y, dirigiéndose a Sonia, Vicky le dice: “Tu bebé nunca podrá decirte mamá. No sabes el significado de esa palabra. Volvería a pasar por lo mismo mil veces y lo haría mil veces.”

Luis pone fin a la conversación despidiendo a Sonia, Vicky y Montse.

MOMENTOS CON LUIS RODRÍGUEZ

Radio de madrugada con Luis Rodríguez.

La radio a oscuras...

Todos los días de 1,30 a 6 de la madrugada a través de Cope Cataluña y Andorra. “Momentos con Luis Rodríguez”, desde Cope Barcelona para todo el mundo.

La radio no decae, ni siquiera por la noche. Las horas profundas de la madrugada son un “non stop” a disposición de curiosos, insomnes, amas de casa, universitarios, profesionales, gentes de edad avanzada, jóvenes y adultos que coinciden en el cruce de caminos de uno de los males de nuestro siglo: la incomunicación en las grandes ciudades.

De día se va deprisa, a un ritmo frenético, no hay tiempo para nada y la radio se oye mientras se desempeña otra actividad. La madrugada, en cambio, es el tiempo de la calma, de la reflexión, el insomnio, la soledad, el darle vueltas a los problemas...

La radio se convierte entonces en compañera, en íntima amiga y, a veces, en tabla de salvación. A través del teléfono, Luis Rodríguez está a disposición de todos los que deseen ser escuchados. Eso explica la buena audiencia de “Momentos”, un programa donde los oyentes pueden ser escuchados y también comprendidos; explicar sus problemas e inquietudes.

A través del teléfono gratuito 900 40 20 32 son muchas las llamadas, las historias, las vivencias que se comparten en antena, creando el ambiente preciso para que el oyente se sincere y profundice sobre cualquier tema que haya elegido libremente. En “Momentos con Luis Rodríguez” la audiencia es la auténtica protagonista.

Momentos con Luis Rodríguez” ha sido premiado en numerosas ocasiones por su labor social y cuenta con más de 1.800.000 seguidores en Facebook.com/momentosluisrodriguez, así como más de 23.000.000 descargas de podcasts de las llamadas en la plataforma Ivoox.com/momentosconluisrodriguez.

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Puedes comunicarte con Luis Rodríguez a través del teléfono gratuito 900 40 20 32 o bien contar tu historia escribiendo a luisrodriguez@momentos.fm.

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