Sergio Parra nos descubre una estatua de verdad, que parece de mentira.

Destino Rusia, objetivo, una estatua singular.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El mundo es tan grande y está tan lleno de maravillas inexploradas desconocidas que parecen de mentira o sacadas de algún libro de ficción.Pero la ficción no es un pálido reflejo de la realidad. Solo hay que saber mirar, tener curiosidad o fijarse en todas esas cosas que no suelen recoger las guías turísticas convencionales. Con esta filosofía, no hace falta viajar a la otra punta del mundo para descubrir algo maravilloso: basta con ir a por un cartón de leche a la tienda de la esquina para regresar con una buena historia que contar. Acompañados del cicerone (y un poco friki) Sergio Parra, viajaremos así por los lugares más curiosos del planeta, algunos muy lejanos, otros aquí al lado, pero todos fantásticos, extraños, inverosímiles, propios de una novela de fantasía. Lugares como una calle de Londres que declaró la independencia del Reino Unido, una urbanización oculta en la décima planta de un edificio, una tienda donde solo se pueden comprar patitos de goma, una provincia turca quiere que sus fronteras tengan la forma del logotipo de Batman, un hotel que te garantiza que está libre de gérmenes u otro donde una mitad de la cama está en un país y la otra mitad en otro diferente, un lago que existe gracias a una explosión nuclear, un pueblo donde la gente se llama Adolfo Hitler, Lincoln Stalin o Burger King, o incluso una localidad cuyo nombre contiene el mayor número de signos de exclamaciones (spoiler: es el municipio canadiense de Saint-Louis-du-Ha!-Ha!) Autor del libro Lugares de verdad que parecen de mentira, Sergio es divulgador científico, editor de contenidos digitales y curioso en el mejor sentido de la palabra (y a veces también en el peor). Además, como él mismo dice, siempre se siente atraído por lo muy grande, lo muy pequeño o... lo que tenga lucecitas de Navidad. ¡Vente de viaje con él!