FAMÍLIA
Crece el síndrome del abuelo quemado: “Es como volver a empezar”
"Cada vez más abuelos piden ayuda psicológica para soportar la carga de cuidar y educar a los nietos"
Barcelona - Publicado el
4 min lectura
"Los abuelos tienen que volver a sus épocas de crianza, que ya están más que pasadas, pero ahora tienen que repetir con los nietos", corrobora la terapeuta de familia Rosa Rabbani.
"Por mi consulta pasan muchos padres y abuelos con problemas generados por esta situación. Todo se deriva del hecho que muchos padres sienten una gran frustración por no poder cuidar los hijos personalmente y tienen que delegarlo en sus propios padres.
Uno no tiene hijos para regalarlos a nadie, por mucha familia que sea. Queremos cumplir con este rol nosotros mismos".
Hoy en día los abuelos son esenciales para el mantenimiento y cuidado de los nietos
¿Los padres se sienten celosos de los abuelos porque están con los niños muchas más horas que ellos?
"Más que celos, yo diría más bien frustración, decepción con ellos mismos por no poderse ocupar. Encima que sus padres los ayudan con los niños, como se tienen que sentir celosos si, además, se tienen que ocupar todo el día.
"Los profesionales nos lo encontramos cada día. El que verdaderamente puede ser origen de problemas y conflictos entre padres y abuelos es en la hora de plantear la calidad de la crianza y la educación. Al final, los abuelos tienen que hacer de abuelos y los padres tienen que hacer de padres".
"Cuando pones los abuelos a hacer de padres, la cosa se complica. A quien le corresponde poner límites de manera clara y efectiva es a los padres. A los abuelos no los toca hacerlo, pero se encuentran en tesituras que lo tienen que hacer, y esto genera malentendidos y disparidades de criterios que desencadenan en conflictos: 'Por qué le dejas hacer esto, por qué no le dices que no...', etcétera".
Las necesidades de la familia provoca que crezca el síndrome del abuelo quemado
El recurso de una canguro o niñera, como se hacía antes, ¿ya no se estila?
"Todavía se usa, pero no como años atrás. La razón es que los padres cada vez tienen más horas ocupadas, y contratar una persona para cuidar los hijos cada día es insostenible, no sale por anticipado. Sí que se continúa haciendo en los casos que los padres tienen que salir dos o tres horas a cena, al teatro o para algún compromiso, pero siempre en espacios breves de tiempos y esporádicamente".
"En generaciones anteriores se estilaba más porque había un modelo de familia más tradicional con las madres a casa, haciéndose cargo de los niños. Y si nunca los hacía falta, pagaban una chica unas horas. Pero si tiene que ser cuatro o cinco horas cada tarde de la semana, sale caro. Sí que hay padres que todavía lo hacen, pero a menudo es a precio cerrado".
¿Los abuelos se sienten ligados al compromiso de tener que cuidar a los nietos?
"Por supuesto, ni te imaginarías la cantidad de gente que se siente atrapada porque, por un lado, ven que sus hijos necesitan ayuda con los niños, pero, por otro lado, sienten que están en los últimos años con suficiente salud para disfrutar de la vida, que pueden hacer muchas cosas, pero no pueden decir que no a sus propios hijos, y cuando dicen que sí, también se sienten mal".
"Las abuelas, a menudo están tan sobrecargadas que en los últimos años los profesionales nos hemos habituado a atenderlas. Los ayudamos a hablar y a establecer límites en sus propios hijos. Hacerlos saber hasta donde pueden llegar y de donde no pueden pasar, porque no podían más".
"En mi consulta, cada vez tengo más casos que hay que trabajar en el ámbito familiar. Hace 25 años no habría dicho nunca que ahora sería tan habitual tener que citar los abuelos a consulta. Hoy, es el pan de cada día, porque cuando hay que trabajar algo de la educación de los niños, puedes trabajar con los padres, pero los padres están los fines de semana con los niños, tienes que trabajar con los abuelos, que son quienes se está toda la semana con ellos". "Para consensuar límites y normas, es difícil que se entiendan entre las dos generaciones, y esto puede llegar a ser perjudicial para los niños".
- Cuál es el principal problema que plantean los abuelos cuando vienen a tu consulta?
"Un caso no llega a la consulta del psicólogo cuando todavía pueden ir haciendo con sus propios recursos. Llegan al profesional cuando el tema se ha ido de madre y la situación es insostenible, tanto por parte de los padres como de los abuelos, y la relación se está deteriorando".
"Cada familia es un mundo, pero la casuística es muy parecida. Por un lado, de cara a los abuelos, hay que concienciarlos que no tienen ninguna obligación de hacer el que están haciendo, pero puesto que lo hacen y se estiman —porque lo hacen por eso— tendrían que modificar alguna de sus maneras de intervenir y gestionar las tardes, a fin de que esto revierta beneficiosamente en los niños".
Y a los padres, ¿qué les dices?
"Con los padres, a menudo me encuentro que tengo que recordarlos que aquellos señores que cuidan sus hijos son los abuelos. Tendrán todas las discrepancias que sea, lo harán como lo hagan y seguramente los padres creerán que lo pueden hacer mucho mejor, pero, al fin y al cabo, los abuelos no tienen ninguna obligación. Si lo hacen, lo hacen por amor a sus propios hijos".
"Puede parecer sorprendente, pero estas cosas tan básicas se tienen que ir recordando. El día a día se nos come, la frustración se nos come y después nos olvidamos del fondo de la cuestión, que es el afecto incondicional y el espíritu de ayudar. En lugar de esto salen los reproches y recriminaciones".