COSMÉTICA
El impacto del skincare innecesario en las niñas: Acné y otros problemas dermatológicos
Muchos de estos productos se camuflan bajo looks ecológicos y puros, aunque la realidad no es exactamente así.
Barcelona - Publicado el - Actualizado
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Cada vez son más las menores de edad que utilizan cremas, contorno de ojos, vitaminas, maquillaje… Son menores, a veces de 10 años, que ya hablan de "rutinas" de cuidado facial, lo que conocemos como skincare.
Consultan a un dermatólogo porque sufren un acné provocado por el uso de cosméticos
Lo más difícil es despegar a la paciente de esta rutina, ya que, al utilizar estas cremas nutritivas, se han acostumbrado a notarse la piel muy grasa y, si no las utilizan, la notan muy seca.
Utilizar en exceso los cosméticos puede agravar un problema dermatológico preexistente, como acné o dermatitis. Y el acné puede dejar cicatrices si no se trata adecuadamente.
Además, las pieles infantiles son más finas y pueden irritarse más fácilmente.
Hasta la llegada de la pubertad, la única recomendación que hacen los dermatólogos españoles es que la piel esté limpia y bien hidratada.
Y cuando llega la pubertad y se disparan los niveles de hormonas, se puede incorporar a la higiene de la piel un limpiador, pero ante cualquier problema de acné, siempre lo adecuado es consultarlo con un médico y nunca dejarse llevar por lo que dice Internet.
Dismorfofobia: otro problema relacionado
A raíz de la Covid, ha habido un auge del uso de las redes sociales, ya que se han convertido en un puesto de consulta cuando se tiene una duda cosmética.
A través de las redes, se copian de influencers a las que siguen. Y los padres, pues, dudan de si se trata de un simple juego de entretenimiento o del primer zarpazo de la presión estética.
Esto es preocupante porque demuestra una falta de aceptación de cómo es cada uno y puede caerse en la dismorfofobia, un trastorno según el cual la persona que lo sufre cree que un pequeño defecto es algo mucho más grave.
"Cosmeticorexia", una adicción a los cosméticos antiedad
Ha empezado a desarrollarse después de la pandemia y obedece a una obsesión por el "culto al cuerpo" y a la imagen. Porque no solo utilizan cremas o maquillaje, a las consultas también llegan adolescentes que siguen dietas sin gluten o que han disminuido los azúcares y las grasas porque han leído que esto es bueno para la piel.
En los casos en los que no padecen una anorexia o una bulimia, los dermatólogos intentan explicarles la verdad: que no existe ninguna evidencia de que tengan que restringir estos alimentos.