SOCIEDAD
“Me pidieron que retrasara un Barça-Chelsea porque llegaban tarde al partido”
Francisco Racero, 42 años de conserje en el Hotel Palace de Barcelona, explica los pormenores de una
profesión clave en los grandes hoteles.
Barcelona - Publicado el
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En el lujo de los grandes hoteles, de las cortinas y los salones imponentes, de las habitaciones amplias, de los restaurantes sofisticados, la pieza maestra para que todo funcione es el factor humano; y ahí emerge la figura del conserje, el que trata directamente con el cliente, con sus peticiones, con sus exigencias y a veces con sus caprichos.
Francisco Racero, lleva más de 4 décadas trabajando en el Hotel Palace de Barcelona, antes el Ritz, detrás del mostrador, y define su trabajo como “gratificante. He tratado con presidentes de Gobierno, con las personas más ricas de España y del mundo, y luego están las sorpresas. Nunca sabes a quién tienes al otro lado del mostrador, quizá es una persona de incógnito, tú estás hablando con él, y luego buscas en Google. Ves quién es y te dices quién lo diría”.
Francisco domina cuatro idiomas, ejerce de un trato exquisito ante su interlocutor, y a veces su trabajo incorpora conseguir lo que parece imposible gracias a su red de contactos en la ciudad. Entradas para un Barça -Madrid con localidades agotadas, reservar mesa de última hora en los restaurantes de moda, abrir tiendas fuera de horario.
Todo, no se puede lograr, pero casi. Francisco rememora: “un cliente asiático con entradas para el Barça-Chelsea de Champions sufría un retraso en su vuelo de llegada a Barcelona. Me llama y me dice si puedo retrasar yo el inicio del partido, que los jugadores lo esperaran, que llegaba tarde”, comenta entre risas por la surrealista petición, que es una muestra de los deseos de una clientela exigente, que pocas veces admite las negativas a sus peticiones, porque no están acostumbrados.
Tiene un valor añadido para la ciudad: “Si el trato con el cliente es bueno, si está contento con nuestras recomendaciones, sale contento de su estancia en la ciudad y valora mejor Barcelona”.
Entre las virtudes que necesiten para ser un buen conserje, emergen dos de las claves: la discreción, y cuidar de una buena red de contactos, que se consigue a base de años y experiencia. Una persona que viene de nuevo consigue estos contactos poco a poco, al principio cuesta mucho.
LAS LLAVES DE ORO: El reconocimiento a la labor de los conserjes
Las llaves de Oro, es la prestigiosa Asociación Internacional de Conserjes de Hotel, compuesta por 4.000 profesionales de todo el mundo.
La Llave de Oro designa al conseguidor, al que puede abrir puertas y no cerrarlas, como reconocimiento al trabajo y la figura de este trabajo esencial para los grandes hoteles.
De los 4.000 repartidos en el mundo, 90 son conserjes de hoteles establecidos en Cataluña, y Francisco Racero muestra su orgullo, “por el elevado nivel que hay”. Tenemos mucha dedicación al turismo, a la hostelería y tenemos muchos y buenos conserjes en los hoteles de Cataluña”.