ESTAFAS
Nueva estafa en WhatsApp: Suplantan la identidad de tu vecino pidiéndote un Bizum urgente
El mundo de las estafas crece cada día más, hasta el punto de que, esta vez, ha logrado dar un nuevo paso y ha acabado engañando a los usuarios más desconfiados.
Barcelona - Publicado el - Actualizado
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Todo empezó cuando Nuria Codina recibió un mensaje de whatsapp de su vecino, un hombre mayor, agobiado, que le pedía un favor, y que la hizo caer en una nueva estafa por WhatsApp: la suplantación de un contacto que te pide que hagas un bizum porque el suyo no funciona. "Creía que le estaban estafando a él", explica.
Ella misma estaba alerta de las estafas que se hacen a través de mensajes, pero no vio esta, que le acabó quitando 380 euros: "En ningún momento pensé que me estaban estafando a mí, sino que le estaban estafando a él y, cuando desconfié, el mal ya estaba hecho."
Los hechos no han ocurrido en una gran ciudad donde los vecinos apenas se conocen. Núria recibió un whatsapp de un vecino de la escalera, que lleva 15 años saludando y preguntándole cómo está su mujer enferma.
El supuesto vecino le pide hacer un bizum, le enseña una captura de pantalla del banco que no le permite hacer el envío y un número de teléfono donde debe traspasar el dinero: 280 euros.
El tono y lenguaje cercano y en catalán, hizo más creíble el mensaje: "Siempre había recibido estafas en castellano", dice Núria, un detalle que a los Mossos también les sorprendió en este tipo de estafas, cuando fue a denunciar el caso.
Además, ella misma cuenta que fue a mirar el grupo de WhatsApp de los vecinos y vio que era su número y su foto.
Consciente de que las personas mayores son más vulnerables a los engaños, sobre todo a través de la tecnología, quiso advertir a su vecino. Pero cuando expresó sus dudas, este se ofendió: "¡Si soy tu vecino y es mi whatsapp!" hasta el punto que Núria se disculpó con una nota de voz explicándole que pueden suplantar la identidad.
Sin dejar de pensar que el estafado era el vecino, Núria intentó verle, pero le dijo que no estaba en casa, que estaría más tarde. Intentó hablar con él por teléfono, pero salía el buzón de voz o no contestaba. Y no fue hasta el día siguiente cuando el vecino, ya con el móvil recuperado, le contestó "¿Quién eres?". Ahí, ya volvía a ser él, cuya suplantación había durado unas horas.