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Este es el origen de la expresión "a buen entendedor, pocas palabras bastan"

Es una expresión antiquísima que alude a la capacidad de quienes comprenden rápido sin mucha información.

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el

2 min lectura

El autor de la saga de libros sobre curiosidades "Ya está el listo que todo lo sabe", etimológicos de las palabras, Alfred López, nos hace algo más sabios al dar respuesta a las preguntas sobre enigmas u orígenes que utilizamos.

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El organismo tiene varias amígdalas, no solo las de la garganta

El curioso origen etimológico del término ‘amígdala’

Nuestro organismo alberga diferentes tipos de amígdalas: las cerebrales, ubicadas en los lóbulos temporales; las faríngeas, cerca del orificio interno de las fosas nasales; las palatinas, al fondo de la cavidad bucal (cuya inflamación conocemos como anginas); y las linguales, en la base de la lengua. 

El término “amígdala” proviene del latín amygdăla, a su vez derivado del griego amygdálē, que originalmente aludía al fruto del almendro. 

En el siglo XI, el sabio persa Avicena, autor de más de 300 obras, incluyó descripciones anatómicas en sus tratados médicos. 

Antes de sus aportaciones, las amígdalas se conocían como tonsillae en latín. Al traducir los textos árabes de Avicena al latín medieval, los escribanos adoptaron su comparación entre la forma de las amígdalas y la de las almendras, consolidando el uso del término que hoy conocemos.

Recogido por primera vez en la publicación académica en el Diccionario de Autoridades de 1732

¿De dónde proviene el término ‘funesto’?

El término ‘funesto’ aparece en el diccionario de la RAE con las siguientes acepciones: ‘Aciago, que es origen de pesares o de ruina’, ‘Triste y desgraciado’. 

Fue recogido por primera vez en la publicación académica en el Diccionario de Autoridades de 1732 con el significado: ‘Triste, deplorable, infeliz y desgraciado’. 

Etimológicamente proviene del latín ‘funestus’, de idéntico significado, y éste a su vez derivaba de ‘funus’, un vocablo utilizado para hacer referencia a aquello relativo a la muerte y que dio origen a otros términos como ‘funeral’, ‘funeraria’, ‘fúnebre’.

La expresión ya se ilustraba en obras del s.VX como "El libro del buen amor"

¿De dónde surge la expresión ‘A buen entendedor, pocas palabras bastan’?

“A buen entendedor, pocas palabras bastan” es una expresión antiquísima que alude a la capacidad de quienes comprenden rápido sin mucha información. 

Documentada en numerosas obras desde hace más de cuatro siglos, suele abreviarse a “A buen entendedor…” y quien escucha completa con “…pocas palabras bastan”. 

Algunos expertos la asocian con la locución latina “Intelligenti pauca”, traducida como “Al inteligente poco”, o “Al inteligente pocas cosas”. 

También se atribuye a “Dictum sapienti sat est”, que significa “Lo dicho al sabio le basta”. Variantes como “Al buen entendedor, pocas palabras”, “A buen entendedor, breve hablador” o “A buen entendedor, con media palabra basta” aparecen en textos clásicos. 

Ejemplos son el “Libro de Buen Amor” del Arcipreste de Hita (siglo XIV), “La Celestina” de Fernando de Rojas (1500), la “Segunda Celestina” de Feliciano de Silva (1534) o la “Segunda parte del ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha” (1615) de Cervantes.

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