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¿A partir de qué edad nos podemos considerar "viejos"?
Muchos estudios en sociología y psicología indican que la "edad subjetiva" (cómo te sientes en relación con tu edad cronológica) puede ser muy diferente de la edad real.
Barcelona - Publicado el
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Un estudio de la Universidad de Stanford, en Los Ángeles, ha encontrado un grupo de 373 proteínas que permiten reflejar la edad de una persona con gran aproximación. Se acabó esto de responder con miedo a la pregunta "¿Qué edad me pones?".
Y es que nuestra respuesta ya no tendrá que depender del aspecto físico, la apariencia, las “arrugas” o las canas que pueda tener alguien.
Los autores del estudio han observado que hay muchas proteínas que están a un nivel u otro según la edad de la persona.
En concreto, son unas proteínas que, con el tiempo, pasan de los tejidos y órganos hacia el torrente sanguíneo, lo que provoca que los tejidos se envejezcan. Cuando eres más joven, estas proteínas siguen en uso y no se ven en un análisis de sangre.
De hecho, otro de los hallazgos importantes de este estudio es que el envejecimiento no es algo que se produzca linealmente y siguiendo un proceso regular, sino que existen ciertos puntos de inflexión en la vida, en los que hay más cambios de proteínas que marcan el paso de una etapa a otra.
Estos límites de edad pueden cambiar de una persona a otra, pero, por lo general, son los 34 años, los 60 y los 78, que son momentos en que los autores apreciaron subidas repentinas en los niveles de proteínas marcadoras de la vejez.
Un concepto muy relativo
Pero idea de cuándo una persona se puede considerar "vieja" es muy relativa y depende de varios factores socioculturales, biológicos y psicológicos. No hay una única edad o criterio que defina el envejecimiento, ya que este proceso es multidimensional y varía según el contexto social.
Edad cronológica
En términos estrictamente cronológicos, algunas sociedades consideran que la "vejez" comienza alrededor de los 60 o 65 años, lo que coincide con la edad tradicional de jubilación en muchos países.
Sin embargo, esto está más relacionado con factores económicos y laborales que con el envejecimiento biológico o subjetivo. Las expectativas de vida han aumentado significativamente, por lo que muchas personas de 65 años pueden seguir siendo activas y saludables.
Factores biológicos
El envejecimiento biológico está relacionado con cambios físicos que ocurren con el tiempo, como la pérdida de fuerza muscular, la disminución de la capacidad cognitiva o la aparición de enfermedades crónicas. Sin embargo, la velocidad de estos cambios depende de múltiples factores, como la genética, la alimentación, el ejercicio y el estilo de vida.
Edad subjetiva
Muchos estudios en sociología y psicología indican que la "edad subjetiva" (cómo te sientes en relación con tu edad cronológica) puede ser muy diferente de la edad real.
Algunas personas de 70 años pueden sentirse y actuar como si tuvieran 50, mientras que otras se sienten "viejas" mucho antes. Esta percepción subjetiva tiene mucho que ver con la autopercepción, las expectativas sociales y el entorno cultural.
Factores socioculturales
La concepción de la vejez varía en gran medida según la cultura. En algunas culturas, las personas mayores son valoradas por su sabiduría y experiencia, y la vejez es vista como una etapa honorable. En otras, las personas mayores pueden ser marginadas o vistas como una carga, lo que afecta la forma en que se vive esta etapa de la vida.
¿se puede conservar la energía juvenil?
Para mantener una sensación de juventud y vitalidad, tanto física como mental, se recomiendan algunas estrategias:
Actividad física: Mantenerse activo ayuda a preservar la movilidad, la fuerza y la salud cardiovascular. El ejercicio regular también está asociado con una mejor salud mental.
Estilo de vida saludable: Una dieta equilibrada, baja en grasas saturadas y rica en nutrientes esenciales, junto con una adecuada hidratación, es clave para mantenerse saludable.
Mente activa: Participar en actividades que estimulen el cerebro, como leer, aprender nuevas habilidades o mantener conversaciones interesantes, puede ayudar a preservar las funciones cognitivas.
Redes sociales: Mantener conexiones sociales fuertes es importante para la salud emocional y mental. Las personas que tienen relaciones significativas y apoyo social tienden a envejecer más lentamente y a sentirse menos "viejas".
Adaptabilidad y actitud positiva: La capacidad de adaptarse a los cambios que trae la vida, junto con una actitud positiva hacia el envejecimiento, son factores importantes. Las personas que se sienten útiles y siguen buscando nuevos intereses tienden a sentirse más jóvenes.