"Tengo más de 60 y quiero ir a la Universidad": Algo cada vez más común

Hay personas que a los 60 años deciden que quieren estudiar e ir a la universidad. Muchas de ellas se lo plantean, pero ni lo intentan, pues se autoimponen una especie de barrera basada en la premisa de que el momento para estudiar es la etapa infantil y adolescente. Sin embargo, cada vez hay más personas mayores de 60 años: 43.000 repartidas en 50 universidades españolas.

Según el profesor de la Universitat Abat Oliva CEU, Manel Domínguez, ha asegurado que la rama más frecuentada por las personas de la tercera edad es la de humanidades.

"Lo peor que nos puede pasar es pensar que a los 60 años ya no estamos capacitados para hacer unas actividades determinadas", apunta Domínguez, quien añade que después de la jubilación muchas personas todavía tienen por delante 30 o 40 años de vida. Ante esta situación, muchas optan por hacer lo que de pequeñas no pudieron: estudiar aquello que les gusta.

Otra de las razones que llenan las universidades de personas mayores es la dinámica de la sociedad: "Podemos hablar de una nueva sociedad intergeneracional, es decir, llegará un punto en el que las personas de más de 40 o 50 años se verán obligadas a trabajar de manera conjunta con los jóvenes de cada época".

La sociedad está avanzando y el conocimiento ahora se entiende y se transmite de una forma más inclusiva, innovadora y sostenible.

Hay otro grupo de personas que deciden dejar de trabajar y emplear su tiempo en estudios como las artes o humanidades. Manel Domínguez pone de relieve que no hace falta tener un gran currículum para acceder a estos estudios.

Tampoco hay exámenes. "Lo único que se necesita es voluntad de aprender, de intercambiar diálogo, de adquirir un conocimiento puro para seguir avanzando en campos como las humanidades", subraya el profesor.

43.000 personas de la tercera edad van a la universidad

En la Abat Oliva CEU hay 2200 alumnos de entre 50 y 80 años. A nivel estatal, el 40% son hombres y el 60% mujeres, y en relación con el estatus, Manel Domínguez asegura que pertenecen a la clase media y media-alta.

En total hay 43.000 personas repartidas en 50 universidades, una cifra similar a la que había antes del Covid-19. Con la pandemia se redujo a 25.000, pero en la actualidad está volviendo a crecer. T

ambién hay diferencias de estudios por género: "las mujeres estudian más biología, biotecnología y ciencias de la salud y educación, mientras que los hombres priorizan conocimiento técnicos".

Manel Domínguez también pone el foco en la diferencia entre el cerebro de un joven y una persona de más de 60 años. "El joven es más ágil y rápido a la hora de tomar decisiones, pero el de los sénior tiene más visión, experiencia y menos margen de error", apunta el profesor de la Abat Oliva CEU.

Las personas de la tercera edad son capaces de aprender idiomas hasta su muerte salvo que tengan patologías que lo impidan, de modo que, principalmente, las puertas de las cierran ellos mismos asumiendo, de manera errónea, que no pueden.