Cómo combatir el frío en casa sin que afecte mucho a nuestros bolsillos
Aislar bien nuestra casa, no dejar la calefacción encendida todo el día y limitar el uso de los sistemas eléctricos son algunos trucos para ahorrarnos unos euros en invierno
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El frío se ha instalado con fuerza en nuestra región. Esta noche hemos llegado hasta los 0 grados en puntos como Alcalá de Henares y, claro, las casas se quedan muy frías. Lo más importante para poder ahorrar energía estos días, sin que sufran nuestros bolsillos más de la cuenta es conocer bien nuestra casa. Saber cuánto tiempo tarda en calentarse y, sobre todo, por donde perdemos calor.
Desde 2007 todas las viviendas vienen preparadas con un aislamiento mucho más adecuado, sin embargo, si nuestra casa es anterior a esa fecha, tenemos un problema. Así que el primer paso consiste en aislarla correctamente. Para eso, nada como cambiar las puertas y ventanas. Jorge Morales es director de Próxima Energía y nos ha explicado a Cope que las mejores ventanas son “las de aluminio, con rotura de puente térmico y doble acristalamiento”.
Pero como esta solución no es barata, nos enseña también un truco mucho más económico: “si uno no puede gastarse el dinero en las ventanas, mi recomendación es usar algo que es muy barato: los burletes. Esos sellos y tiras de caucho, que se compran por 5 o 10 euros, y que permiten que no entre el frío ni en los cajones de las persianas, ni en las propias ventanas ni en las puertas”, nos explica.
Si ya tenemos la casa bien aislada, el siguiente paso consiste en utilizar el calor de forma responsable. Nada de tener la calefacción puesta todo el día. No es verdad que el arranque inicial sea más caro que tenerla todo el día. Jorge nos aconseja encenderla un poco antes de llegar a casa. Este tiempo, lógicamente, dependerá del tipo de casa y de su tamaño, “no es lo mismo un chalet que un piso, o un bajo que un ático”, señala. “No tiene ningún sentido dejar la calefacción puesta para calentar los muebles”, señala Jorge.
Es verdad que la casa tarda un rato en coger la temperatura, “es lo que llamamos la inercia térmica” y que cada casa tarda más o menos en calentarse “en función del aislamiento que tiene y de la potencia que tiene la máquina de calefacción y, por tanto, cada uno tiene que saber con cuanta antelación tiene que poner la calefacción antes de llegar a casa”.
También es importante no tapar los radiadores con cerros de ropa para secar o no colocar demasiados cubrerradiadores, el calor se acumula dentro y no sale correctamente. Si optamos por ponerlos, por razones estéticas, que tenga el mayor número posible de agujeros o reflectores, unos paneles que se colocan por detrás y que mejoran la salida del aire caliente.
Los sistemas menos aconsejables son los eléctricos, es decir, los calefactores del baño, los radiadores de aceite eléctrico de toda la vida, o los que tienen tubos infrarrojos. Si los tenemos que usar, que sea en periodos cortos de tiempo, por ejemplo, para calentar el baño y no quedarnos congelados al salir de la ducha, pero nada de abusar mucho rato de ellos porque son carísimos. “Si la factura media de gas este año va a ser de 600 euros en una familia, esa misma factura con electricidad sería de 1.400 euros, mucho más del doble”.
No pasa lo mismo con las bombas de calor. Esas si son aconsejables, sobre todo, ahora que la luz está más barata que nunca: “Depende de la tarifa que cada uno tenga, pero si uno tiene una tarifa a precio variable, que es lo que yo recomiendo, en estos días en que está habiendo viento y agua, la luz está muy barata, de hecho ha estado este fin de semana casi a cero, por lo que utilizar una bomba de calor es mucho más barato que quemar gas, por lo que es una solución muy conveniente”, concluye Jorge.