Madrid - Publicado el - Actualizado
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El agente D. M., de 36 años y con más de una década de experiencia, muy dolorido aún, recuerda a la perfección la brutal paliza que sufrió el 17 de abril en el Metro de Madrid cuando regresaba a su casa, fuera de servicio. Una agresión a manos de cuatro jóvenes, que probablemente habían consumido sustancias psicotrópicas.
Fueron detenidos, pero la juez, al no solicitar prisión preventiva la Fiscalía, tuvo que dejarlos en libertad.
Pese a que les mostró su placa, los jóvenes comenzaron a insultarle: "¡Déjanos en paz, madero de mierda. ¡Tú no estás trabajando, déjanos en paz! Vas a acabar mal". El policía intentó entonces pararles el paso y detenerlos, pero se resistieron. Eran cuatro contra uno. D. M. sacó entonces su defensa extensible, y se la arrebataron.
Y comenzó la lluvia de golpes: "Me pegaron con la defensa y me protegí como pude. Caí al suelo. Fueron dos minutos de puñetazos, patadas... Se iban pasando la porra unos a otros, hasta que se rompió de los golpes que me propinaron. Llega a ser una barra de hierro, y no lo cuento. "¡Te vamos a matar» ¡Tú no eres policía, eres un puto maricón!", gritaban.