Un halcón y dos águilas vigilarán la Puerta de Alcalá para evitar su deterioro
Las aves rapaces serán las encargadas de evitar que las palomas que merodean la zona deterioren el monumento, que acaba de ser rehabilitado
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Uno de los regresos más especiales en Madrid durante estas navidades es la Puerta de Alcalá, que a falta de solo unos pocos andamios ya se puede ver en su totalidad tras más de un año en la que ha estado cubierta por una lona mientras se le realizaban unos minuciosos trabajos de restauración que la han rejuvenecido unos cuantos años. La Puerta estaba bastante desgastada por las inclemencias meteorológicas y por el puro paso del tiempo, pero hay un agente biológico que puede pasar desapercibido, pero que afecta a su degradación en gran medida: Las palomas.
Este común animal es, contra todo pronóstico, uno de los grandes enemigos de los monumentos más emblemáticos de las ciudades. Gema Sanz, Jefa de Unidad de Intervención en Monumentos, contaba a COPE que "las palomas se posaban en todos los salientes y recovecos de la puerta, e incluso anidaban", y explicaba que "sus excrementos contienen muchísimo amoníaco y ácidos que corroen la piedra".
Para combatir este efecto de las palomas, en muchos sitios se colocan redes, pero, pese a que esto minimiza el efecto de las palomas, no lo termina de erradicar del todo, así que para proteger la Puerta de Alcalá, se ha optado por una solución que se utiliza principalmente en aeropuertos: Utilizar halcones y águilas para ahuyentar a las palomas y que se vean forzadas a desplazarse a otras zonas, una técnica pionera para proteger los monumentos de Madrid.
El papel del cetrero
Esto no significa por supuesto soltar a estas aves por el centro de Madrid, todo se hace bajo la supervisión de dos cetreros que traerán a los animales cada día a distintas horas para evitar que las palomas se acomoden a los horarios y entiendan que lo que es peligroso para ellas es la zona y no el momento. En total van a ser dos águilas y un halcón los encargados de proteger la Puerta de Alcalá de las palomas.
Uno de los cetreros que se encargará de controlar y guiar a estas rapaces es David Gil, que explicaba que como formación para poder llevar a cabo esta función, las aves ya han sido entrenadas 4 años desde que eran pequeñas para volar por ciudad, y es que la localización de la Puerta de Alcalá es crítica por su cercanía al Retiro. El cetrero explicaba que "tienen que estar muy bien entrenadas porque por ejemplo desde aquí ven a los patos del lago y su instinto les llama a ir a por ellos", y subraya que "si no estuviesen perfectamente adiestradas no sería posible dejarlas sueltas por aquí".
Ahora las palomas deberán decidir hacia donde ir, ya que de pasar por Alcalá en algún momento en el que estas aves estén no tendrán escapatoria (un halcón puede volar a una velocidad máxima de 420 kilómetros por hora). La Puerta de Alcalá se pone ahora "en las garras" de estos animales para intentar que los trabajos de conservación que se le han realizado duren mucho más tiempo.