Los chulapos y chulapas se regeneran: cada vez se visten más madrileños y más jóvenes

Cada año se encargan más trajes de este tipo a medida para poder lucirlos también en las fiestas de San Antonio, San Lorenzo, San Cayetano y La Paloma.

Gloria López Navas

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Parpusa, mañosa y safo. Son palabras que, si no se vive en Madrid, son imposibles de traducir. Nos referimos a la gorra, la chaqueta y el pañuelo que estos días lucen por la pradera de San Isidro los chulapos y chulapas más castizos de la capital.

Y si hace unos años eran unos atuendos que sólo vestían los más mayores, desde hace un par de años, cada vez los lucen gente más joven, como nos ha confirmado a Cope Jorge, gerente de Pertiñez, empresa especializada en trajes regionales en Madrid. “No sólo se compran muchos más trajes de chulapos y chulapas, también hemos notado que ha cambiado el perfil del comprador”, nos explica.

Por eso, si hasta ahora, tradicionalmente, los grupos de chulapos y chulapas que más acudían a esta tienda “eran de gente mayor, de 60 a 70 años”, en los últimos años Jorge ha notado como “se ha ido incorporando gente muy joven, de las generaciones que nos hacían falta, es decir, de los 20 a los 30 años y de los 30 a los 40”.

Y aunque en tiendas como éstas los tienen ya confeccionados y lo normal es que “sólo haya que entallarlos”, nos explica Jorge, “cada vez más madrileños optan por hacérselos a medida” ya que estos trajes no sólo se lucen en estas fiestas de San Isidro. También nos valen para lucir palmito en San Antonio, San Lorenzo, San Cayetano y La Paloma.

Para ser un auténtico chulapo, no pueden faltar la gorra, el chaleco y el pañuelo al cuello, mientras que para ser una chulapa de pro, resulta indispensable el vestido chiné con mangas de farol, el pañuelo a la cabeza, el mantón de manila y el clavel. Aunque, ojo, no vale con elegir un color al azar. La tonalidad de esta flor también tiene significado y está íntimamente ligada al estado civil de la chulapa. De este modo, hay que lucir dos claveles rojos si se está casada, dos blancos si se es soltera y uno rojo y uno blanco para las que estén a punto de casarse. Las niñas deben llevar tan sólo un clavel de color rosa.