Reabre la Plaza de la Corrala en Lavapiés

Este fin de semana se ha reabierto al público la Plaza de la Corrala, una de las más emblemáticas del barrio de Lavapiés. La zona ha estado cercada durante meses por el Ayuntamiento de Madrid para una reforma que ha costado medio millón de euros.

Cuenta con iluminación nueva, una veintena de árboles y arbustos, un pipican y bancos de madera que crean terrazas escalonadas.

Los vecinos y comerciantes están contentos con las novedades que ha traído la reforma aunque temen que se convierta en un botellódromo.

Fuera de micrófono son muchos los que cuentan a Cope que el barrio ha cambiado a peor con los años y cada día es más complicada la convivencia. Denuncian que es un foco de delincuencia diaria con robos, peleas, prostitución, tráfico de drogas y mucha inseguridad. Especialmente en la plaza recién remodelada.

Julio es el encargado de un comercio cercano. Denuncia que los botellones están a la orden del día y teme que se instauren para siempre.

Los vecinos echan de menos que al remodelar la plaza no se haya pintado el muro que forma parte de la corrala y está lleno de grafitis. Sobre todo cuando el nuevo gobierno municipal ha anunciado la creación de una patrulla antigrafitis.

Desde el Ayuntamiento de Madrid confirman a Cope que las pintadas siguen en la plaza porque el muro es de propiedad privada y además está protegido. Los grafiteros lo tiene fácil, tan solo tienen que encaramarse al muro del bloque de viviendas para poder pintar.

Los vecinos y comerciantes denuncian fuera de micrófono que la zona, y en especial la plaza, es foco de delincuencia, robos y tráfico de sustancias.

La Corrala de Mesón de Paredes, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura popular madrileña, fue calificada como monumento nacional en 1977. Se trata de un edificio del siglo XIX, propiedad del Ayuntamiento y uno de los emblemas del barrio de Lavapiés.