Vecinos madrileños de localidades afectadas por la DANA como Montserrat denuncian abandono de las autoridades

Eduardo es un ingeniero madrileño, criado en el barrio del Batán y forjado en el colegio san Buenaventura. Lleva viviendo en Valencia más de doce años, los seis últimos en Montserrat, pequeña localidad de la Ribera roja valenciana, a solo 15 kilómetros de Torrent, otro de los municipios más castigados por la furia incontenible de las aguas.

LO QUE LA RIADA SE LLEVÓ 

Eduardo, su mujer Carmen y el hijo de ambos Marcos (15 años) han perdido muchos de sus enseres y recuerdos, su coche y sus trabajos. Tienen la casa llena de grietas y temen los daños estructurales. Están a la espera del peritaje por parte de los técnicos del Ayuntamiento. Han pasado miedo. Mucho miedo. También hambre. Como en la guerra. Como en el tercer mundo. Pero a solo 40 kilómetros de Valencia capital.

LAS AYUDAS LLEGARÁN PERO NO SABEN CUÁNDO

Carmen y Eduardo están desesperados con el tema de las ayudas. Después de hacer mil y una gestiones telemáticas, de enviar fotos y documentos en todos los formatos y lenguajes, ahora les dicen que deben presentar las reclamaciones de manera presencial en Turís, una localidad situada a unos diez kilómetros de Montserrat. El problema es cómo llegar hasta allí sin coche. Kafka a la valenciana.

AL FINAL EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO

Eduardo, Carmen y Marcos están muy agradecidos a sus convecinos de Montserrat, en especial a los agricultores que se han volcado en la ayuda, mientras otras instituciones y oenegés brillaban por su ausencia en este pueblo de la Ribera Alta en los primeros días.

Agradecidos también a oyentes de COPE MADRID como Luis. Nada más oír el drama que están viviendo Eduardo, Carmen y Marcos lo tuvo claro. Les ha regalado su bonito coche Mercedes de hace veinte años con el que ya no puede circular por Madrid al no tener etiqueta medioambiental de la DGT.