Comerciantes de Collado Villalba denuncian una oleada de robos con el método del 'alcantarillazo'
Tienen miedo, preocupación e importantes pérdidas económicas por los robos y los destrozos en sus negocios, por lo que piden más presencia policial y vigilancia en las calles
Madrid - Publicado el - Actualizado
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No es la primera vez que hablamos de los robos y destrozos en locales comerciales de Collado Villalba. Y, desgraciadamente, no será la última, aunque sería lo deseable.
La tienda de ropa Elsa, el bar California o el Barquin, La Perla, la Laguna de El Carrizal, la farmacia de El Gorronal, la papelería de Los Olivos… los nombres de estos negocios salieron a colación hace unos días pero la lista es mucho más larga y no deja de aumentar. Más de 30 establecimientos han sufrido esta oleada de robos violentos en el último mes y medio. Algunos con el mismo modus operandi: el método del 'alcantarillazo'.
Antonio es uno de los afectados. Regenta una conocida floristería desde 2008 y nunca antes había tenido problemas, pero asegura que de un tiempo a esta parte, la cosa ha cambiado. A mediados de enero entraron en su tienda, robando y causando importantes destrozos.
"Con la tapa de la alcantarilla me rompieron el cristal, cómo lo habrán tirado, con qué fuerza, que la tapa acabó dentro del local. Cortaron el cable de la caja, pero como la tenía con llave, no podían abrirla y se la llevaron entera, tenía 400 euros. Pero el daño es mayor: el cristal me costó 800 euros, la caja me costó 1.250 euros de segunda mano, más todo lo que rompieron, me pisaron las plantas, entraron como locos e hicieron lo que quisieron... vamos, un desastre", se lamenta.
Ni colocando alarmas, ni cierres metálicos ni cámaras… cualquier gasto que se haga es en vano, hasta con eso pasan por encima como el caballo de Atila los "amigos de lo ajeno".
En el bar de Juan Carlos, en el que lleva 30 años, nunca había vivido una situación así. Entraron hace dos semanas a pesar de los sistemas de seguridad que tiene. Por esta razón el ladrón se marchó en un primer momento pero a las pocas horas volvió y arrasó con todo. Y teme que repitan. "Entró, se llevó las monedas de nuestra caja y el cajón de la máquina tragaperras. Me rompió el cristal con una tapa de alcantarilla, por lo que me tocó pasar toda la noche en el bar hasta que me pusieron un parche y luego más adelante me solucionaron el problema del cristal... dentro de un mes me tocará otra vez”.
En total, las pérdidas le suman más de 2.500 euros, entre el dinero de caja y la tragaperras y el arreglo de los desperfectos.
Se queja de la situación de indefensión y la inseguridad. "En Collado Villalba ha habido un montón de robos en estos dos meses. Aquí en el polígono ha habido bastantes, en la calle Real, en el Gorronal también...", apunta. Los comerciantes calculan que se producen cada noche una media de 3 a 4 robos.
Antonio y Juan Carlos no tienen reparos en hablar, no todos los comerciantes se atreven, pero están convencidos de que denunciar lo que ocurre es la única manera de que se les haga caso. Por eso piden más seguridad en las calles, más presencia policial, más vigilancia. También lo hacen los vecinos, algulnos no quieren ni dar su nombre por miedo. "No ponemos en crítica la labor de la Policía Local y la Guardia Civil pero necesitamos más presencia. No sabemos los medios ni cómo funciona esto, pero la inseguridad es latente. Incluso la gente habla con mucho miedo".
Los robos no sólo están afectando a los locales comerciales, también a viviendas particulares.
La alcaldesa, Mariola Vargas, se comprometía a principios de año a que, en materia de seguridad ciudadana, el Ayuntamiento iba a “echar el resto” poniendo en marcha medidas como el aumento de las unidades caninas, del servicio de drones y la instalación de cámaras de videovigilancia.
Además, hace justo una semana se reunió con el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín, al que trasladó los problemas de inseguridad aunque circunscribiéndolos a una zona muy concreta del municipio, el Gorronal y la Estación, y pedía su apoyo en la adopción de medidas para atajar el fenómeno de la ocupación ilegal y la delincuencia que lleva asociada.