Cómo evitar que nos afecte la procesionaria del pino, en plena eclosión

Ya las vemos desfilando en zonas de pinar del piedemonte de la Sierra de Guadarrama: no tocarlas ni pisarlas para no esparcir sus pelos urticantes y llevar a los perros con bozal

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En los pinos hacen sus nidos, en los extremos de las ramas, en forma de bolsones en su fase de larva. Con el aumento de las temperaturas, bajan al suelo convertidas en unas orugas que desfilan en hilera, una detrás de otra. Su aspecto peludo parduzco es bastante desagradable y repulsión es lo menos que nos pueden provocar. Es tan necesaria como peligrosa. Se trata de la procesionaria.

Ya las hemos podido ver durante estos días, sobre todo en zonas de pinares del piedemonte de la Sierra de Guadarrama, como en Cercedilla o Navacerrada. Eso, a pesar de las medidas que se adoptan para evitar su propagación, como la instalación de trampas de feromonas.

El Cuerpo de Agentes Forestales es el encargado de supervisar y evaluar la presencia de esta especie en la región. "Se trabaja en diferentes frentes para acabar con ellas, pero hay que recordar que forman parte del ecosistema y aunque son molestas, nunca van a acabar por sí solas con una masa forestal. El Cuerpo de Agentes Forestales hace estudios de campo para ver la distribución de las orugas, su densidad, su cantidad, y actuar sobre ellas. También hay que fomentar la presencia de especies como aves insectívoras que acaban de forma natural con esta plaga", asegura a COPE de la SIERRA Miguel Higueras, jefe del Operativo de los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid.

Este lepidóptero puede

porque provoca alergias en la piel. Así que hay que tomar una serie de

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"Tenemos que tener cuidado con los niños pequeños y los perros, porque son los más afectados por su sensiblilidad a esta oruga que tiene muchos pelos urticantes. Pelos que pueden estar también en el aire, en el ambiente, si por la zona han transitado coches o bicicletas. Si las han aplastado, liberan esos pelos que hacen, que aunque no las toquemos directamente, podamos vernos afectados. Pues evitemos estas zonas con presencia de oruga".

Si finalmente decidimos pasear por zonas de pinares afectadas por procesionaria, llevar a los perros atados y con bozal, para evitar que puedan tener contacto con las orugas, ya que les podría provocar necrosis en la lengua e incluso la muerte. En cuanto a los humanos, no tocarlas, no pisarlas, llevar gorra y gafas, evitar frotarse los ojos y, al llegar a casa, conviene ducharse, lavarse la cabeza y la ropa usada, por si se hubieran quedado adheridos los pelos urticantes.