La Comunidad de Madrid estudia el aumento de agua en la vegetación forestal para evitar incendios

Es el proyecto HidroForest, que se está aplicando en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama para proteger el suelo de la desertificacion y que el arbolado sea más resistente

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El verano está a la vuelta de la esquina, cada vez hace más calor y, aunque en la Sierra de Guadarrama siempre tenemos unos cuantos grados menos, afortunadamente, en estos días las máximas pueden superar con creces los 30 grados en algunos puntos de la región…

Con las altas temperaturas se incrementa el riesgo de incendios forestales. Este sábado, 1 de junio, se adelanta la puesta en marcha del Plan Estatal contra Incendios Forestales, que completa a los planes regionales, en el caso de la Comunidad de Madrid, el INFOMA, que en 2023 se cerró con una campaña "histórica", con una reducción de más del 60% de los fuegos con respecto al año anterior, menos superficie afectada y la que se quemó, con poca masa arbolada.

Pero no hay que lanzar las campanas al vuelo porque nunca se sabe lo que puede ocurrir esta temporada estival, una negligencia, un pirómano, un rayo de una tormenta de verano, el cambio climático… ¿Cómo combatir el riesgo? Pues hay una máxima que dice que los incendios se apagan en invierno: esto es, con una buena gestión de los montes, bien desbrozados y limpios para evitar que se acumule vegetación muerta, seca, que se convierte en combustible que arde fácilmente si se produce un fuego.

"Los incendios en esas masas forestales con mucha necromasa, es decir, árboles y arbustos muertos, especialmente cuando son diámetros finos, son mucho más intensos y más difíciles de extinguir, por mucho que tengamos los mejores equipos de extinción del mundo, tanto en entrenamiento como en material y en número", expica Eduardo Rojas, Ingeniero de Montes.

Así que la prevención es el pilar esencial para evitar el fuego y sus consecuencias fatales para la fauna, la flora y la población. De ahí que la Comunidad de Madrid ponga en marcha distintas iniciativas como el pastoreo preventivo, el llamado ganado bombero, ya sean cabras, vacas, ovejas o caballos, que ayudan a desbrozar. En municipios como El Boalo-Cerceda-Mataelpino, Cercedilla o Navacerrada ya es habitual su presencia.

También está realizando una investigación para conseguir que la vegetación forestal acumule más agua. Es el proyecto HidroForest, que se prueba en varias zonas del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, como Rascafría, para evitar la erosión del suelo y su desertificación, luchar contra los incendios y mejorar la capacidad de los embalses.

Hemos conocido este martes más detalles con la visita del consejero de Medio Ambiente a una de las parcelas donde se lleva a cabo el estudio. "Estamos intentando no sólo proteger las especies sino también mejorar la gestión del agua de nuestro arbolado, que sea más eficiente y pueda crecer mejor, y que el agua sobrante que retorna a los ríos y embalses sea de mayor calidad. Y un punto fundamental que es la protección frente a incendios forestales. El monte se tiene que gestionar, se tiene que investigar, para que los bosques sean más resistentes con más carga hídrica, proteger el suelo... y en ese sentido el proyecto HidroForest es la punta de lanza de la gestión integral de nuestros montes que nos va a proyectar al futuro y a la nueva realidad climática", apunta Carlos Novillo.

Se han creado cinco parcelas experimentales en montes de utilidad pública del norte de la región, donde se han instalado sensores que van a hacer mediciones de plantas, suelo y atmósfera. Están representados los principales tipos de masa forestal presente en la Comunidad de Madrid, fundamentalmente pino silvestre y rebollo. La respuesta a los tratamientos que se efectúen en estos terrenos va a permitir optar por las prácticas más efectivas para regenerar la vegetación y su capacidad de absorción del agua. Asimismo, va a indicar cómo fijar carbono orgánico en los suelos, a fin de evitar la erosión y actuar contra la desertificación.

Además, a lo largo del año se está actuando también en 27 montes de utilidad pública, repartidos en 21 municipios y que suman una superficie total de 568,45 hectáreas. En ellos se ha reducido moderadamente el arbolado, con lo que se favorece que el resto de ejemplares se desarrolle con más vigor y que mejoren las propiedades del terreno.

También se han eliminado las plantas de fácil combustión que han proliferadoen el monte bajo, se han replantado especies autóctonas más resistentes a laescasez de lluvias y realizado cerramientos de áreas degradadas por elsobrepastoreo.