No están abandonadas: el Parque Nacional hace un llamamiento para no tocar ni recoger a las crías de corzo

Los corzos encamados son detectados por senderistas o recolectores de setas que, confundidos por su aspecto frágil y desvalido, los recogen, provocando casi siempre su muerte

Llamamiento para no tocar a las crías de corzo encamadas | FOTO: www.parquenacionalsierraguadarrama.es

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Al aproximarse la nueva temporada de nacimientos en la población de corzos, el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama ha querido explicar de nuevo la peculiar estrategia de cría de este pequeño cérvido, que le ocasiona a menudo algún que otro disgusto.

Y es que, se acurrucan solitarios y algunos paseantes se acercan y los cogen, pensando que están abandonados, cosa que no es así.

Durante los primeros días de mayo, época en la que nacen todos los corcinos casi de forma sincronizada en el Parque Nacional, se produce cada vez con más frecuencia la recogida de ejemplares recién nacidos por parte de senderistas y visitantes que, confundidos por el comportamiento de la cría de esta especie, ocasionan todos los años un gran número de pérdidas en la nueva generación.

Los corzos al nacer, con apenas 2kg de peso, no están preparados para seguir a la madre, ni para huir de los depredadores. Su mejor defensa es permanecer inmóviles entre la vegetación, pasando desapercibidos, en una estrategia adquirida evolutivamente durante miles de años basada en el mimetismo, que es frecuente también en otras especies de cérvidos y de bóvidos.

Este comportamiento está ayudado por un pelaje moteado con una librea con dos líneas de manchas de color blanco en el dorso que los corcinos muestran durante su primer mes de vida. La madre, de manera discreta, los vigila y controla acercándose a ellos lo imprescindible para amamantarlos y limpiarlos escrupulosamente, de manera que no emitan ningún tipo de olor. De hecho, cuando se toca un corcino y se impregna de un olor extraño, parte de su estrategia antipredatoria se desmorona, siendo fácilmente detectable por depredadores oportunistas como el zorro.

La gran expansión sufrida por la especie en toda España durante las últimas décadas y el aumento de las actividades de ocio en el medio natural, hacen que cada vez con más frecuencia los corzos encamados sean detectados por senderistas, recolectores de setas u otros usuarios del monte que, confundidos por su aspecto frágil y desvalido, los recogen de sus encames, provocando casi con toda seguridad su muerte. Además, los corcinos presentan una serie de glándulas odoríferas relacionadas con la comunicación intraespecífica que pueden causar fuertes reacciones alérgicas e inflamatorias al tocarlos.

Los corcinos recogidos rara vez sobreviven en cautividad, siendo muy difíciles de criar. Además, algunos ejemplares criados en cautividad, fundamentalmente los machos, se comportan de manera agresiva y pueden llegar a ser bastante peligrosos al no tener miedo al hombre.

Por lo tanto, si alguien se encuentra a una de estas crías de corzo durante estos días, debe saber que no está abandonada ni enferma y que su madre la vigila, por lo que lo más adecuado es no tocarla ni permanecer cerca de ella mucho tiempo. Además, las excepcionales condiciones de sequía y altas temperaturas han disminuido drásticamente la cobertura de prados y vegetación herbácea que utilizan los corcinos para encamarse, por lo que esta temporada serán más visibles.