Feria de Valdemorillo: Puerta Grande para Juan Ortega, sendas orejas para Perera y García Pulido

Fue, junto con la salida a hombros de Samuel Navalón en la novillada del viernes, lo más destacado de la Feria de San Blas y La Candelaria, que abre temporada taurina en España

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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No es torero de faenas rotundas. Que nadie espere eso. Es torero para el goce de los sentidos. Juan Ortega, más allá de un reclamo mediático que no ha buscado, es un torero para alimentar el alma del aficionado.

Este sábado ‘volvía’ a los ruedos tras su espantada en el altar que tanto interesó a los ‘profesionales’ del corazón y tan poco importó a los aficionados al toreo. Al buen toreo. Juan Ortega se plantó en Valdemorillo para deleitar los sentidos.

Fue en el quinto, un toro de Cuvillo que fue y vino sin sal alguna. Pero sirvió lo justo para ver al trianero firmar un inicio de faena pleno de gusto a dos manos. Dando el pecho, pasándose la embestida por la faja y soltándola con gracia y sabor. Un cambio de mano aún perdura por la Sierra madrileña. Después, apuntes sin rematar en el tramo mollar del trasteo. Ahí es donde flojea Juan. No armó faena. Pero de nuevo reventó el aplausómetro cuando la faena iba cuesta abajo.

Aprovechó las inercias del toro para epilogar el trasteo genuflexo a izquierdas. Ahí halló la profundidad y la enjundia del toreo verdadero. Respondió el toro de Cuvillo con finales y celo. Y el espadazo letal para desatar la locura en el coso de La Candelaria. Valdemorillo rendido al toreo tan personal de Juan Ortega, que paseó las dos orejas.

Juan Ortega, en un lance de su faena / @Valdemorillo23

Juan Ortega, en un lance de su faena / @Valdemorillo23

Fue la cima de una tarde desbaratada por una desfondada y pobre corrida de Núñez del Cuvillo. Nada nuevo si se atiende a la trayectoria última del hierro gaditano. No se esperaba más de ella, la verdad. Antes de las dos orejas, tuvo enjundia el saludo capotero de Juan Ortega a la verónica a su primero. Cintura, muñecas y empaque para conducir con estética las primeras embestidas del toro de Cuvillo. El nivel se mantuvo en un posterior quite por chicuelinas y en el inicio de faena. Pero hasta ahí llegó el resuello del toro. Después solo hubo un ejercicio de posturas que desembocó en una estocada en buen sitio de la que salió el toro rodado. Hubo una petición de oreja que no alcanzó la mayoría necesaria.

El primero de Alejandro Talavante mostró sus nulas condiciones de casta nada más salir de chiqueros. Sin raza ni celo ni cualquier atisbo de cualidades para la lidia. La faena de muleta fue un simulacro que acabó con el toro echado sobre la arena del coso cubierto. Menos historia tuvo la lidia del cuarto, un semoviente con el que Talavante mostró su versión más estajanovista sin decir absolutamente nada. No demostró el extremeño que el invierno le haya sentado bien para mejorar la imagen que dejó el pasado año.

Ginés Marín lidió en primer llegar un animal tan simplón como su rutinaria faena. Muletazos al por mayor en un ejercicio de escaso eco en los tendidos. Lo mejor, la estocada con la que pasaportó al de Cuvillo. El sexto tampoco subió la nota media del encierro del hierro gaditano. Ginés apostó en un inicio de faena de rodillas de alto voltaje. Pero no hubo más. El toro sacó rápido la bandera blanca de la rendición y el extremeño no pudo armar faena más allá del arrimón forzado para intentar llegar arriba.

Ficha del festejo

VALDEMORILLO (Madrid), sábado 10 de febrero de 2024. 2ª de Feria. Lleno de 'No hay billetes'

Toros de NÚÑEZ DEL CUVILLO, de pobre presentación y escaso juego. Conjunto vacío de casta y empuje. Solo el quinto tuvo duración y motor hasta el final

ALEJANDRO TALAVANTE, silencio y silencio

JUAN ORTEGA, saludos tras petición y dos orejas

GINÉS MARÍN, saludos y saludos

Tarde de alternativa, trofeos para torero y padrino

Después de los fastos y orgasmos 'ortegistas' del sábado, el coso de La Candelaria volvió a casi llenarse para ver la alternativa de Guillermo García Pulido de manos de Miguel Ángel Perera y con Paco Ureña como testigo.

Falló sin embargo la corrida de Alcurrucén. Encierro muy parejo de hechuras e igualado también por su falta de casta y entrega. Varios de los toros buscaron tablas descaradamente.

Solo el primero fue el que rompió a embestir con cierto son en el último tercio. Con él no pudo estirarse con el capote el toricantano, ni en el saludo capotero ni después en su turno de quite. Andaba el toro sin terminar de enterarse en esos primeros tercios.

Tras la ceremonia de alternativa, resultó fundamental el celo que aplicó García Pulido para que el toro rompiese a embestir con franqueza. En redondo hubo una tanda plena de temple, ligazón y profundidad. Aquello remontaba. Pero al natural al toro le costaba más seguir el engaño, lo que unido a un desarme hizo que la faena quedase en tierra de nadie. El toledano retomó la diestra para terminar de apretar y apurar al toro en la distancia corta. Un final de asfixiante espacio entre toro y torero dejaron el alto el epílogo del trasteo. Pero una estocada muy trasera y desprendida redujeron el premio final a una oreja.

El sexto midió mucho a Guillermo en los primeros compases de faena. La clave, aguantar esas miradas y parones para conducir después con pulso y mando las irregulares embestidas del toro. Sin entrega alguna, el de Alcurrucén se llevó por delante al toledano. Eternos los segundos sobre el ruedo con los pitones radiografiando la anatomía del torero. Se levantó sin mirarse el torero, que volvió a la cara de su oponente parar terminar de imponerse a base de firmeza y valor. Saludó una ovación como reconocimiento a lo realizado.

Miguel Ángel Perera se inventó la faena al primero de su lote, un animal afligido y rajado desde que asomó al ruedo. Se lo sacó rápido el extremo al centro del platillo para ir centrando la embestida del de Alcurrucén. A derechas cuajó una tanda con ligazón y largura en el trazo que tuvo su mérito e importancia. Al natural el toro hacía más hilo e incluso llegó un susto en forma de achuchó ya pasado el ecuador de la faena. Pese al empeño de Perera, el conjunto no terminó de remontar. Un pinchazo y una estocada desprendida dejaron todo en una ovación final.

El colorado cuarto fue otro ejemplar muy bajo de casta al que Perera hilvanó primero un quite por ajustadas gaoneras y después un explosivo inicio de faena marca de la casa. Cambiados por la espalda en el centro del platillo que pusieron a los tendidos en pie. Al toro se le hacía de noche cada vez que tenía que tomar los engaños hacia afuera. Por ello, Perera fue inteligente y fue cerrando cada vez más al toro y acortando distancias. Lo apuró en un final metido en tablas antes de enterrar la espada algo caída. Lo atronó de un certero golpe de cruceta y los pañuelos salieron a flamear para que el pacense pasease una oreja como premio.

Se aplaudió la preciosa estampa y espectacular capa del tercero de la tarde, un berrendo que fue solo eso, fachada. Otra cuestión fue el fondo que traía de serie. Bronco, sin clase ni entrega, embistió a salto y topetazos. Un voluntarioso Paco Ureña estuvo dispuesto y firme con el pupilo de los hermanos Lozano, robando con mérito algún muletazo limpio. Menos claro lo vio después con la espada y el descabello.

El segundo del lote del murciano fue otro toro vacío de todo. Tampoco estuvo especialmente lucido Ureña, que se dejó tropezar en demasía los engaños dentro de una faena tan larga como insustancial. De nuevo se volvió a atascar con los aceros.

Ficha del festejo

VALDEMORILLO (Madrid), domingo 11 de febrero de 2024. 3ª de Feria. Más de tres cuartos.

Toros de ALCURRUCÉN, bien presentados y de parejas hechuras. Conjunto manso y descastado, con varios toros buscando tablas descaradamente. Destacó el primero, que embistió con franqueza por el pitón derecho.

MIGUEL ÁNGEL PERERA, saludos y oreja

PACO UREÑA, silencio tras aviso y silencio tras aviso

GUILLERMO GARCÍA PULIDO, que tomaba la alternativa, oreja y saludos.

Novillada picada, primera de Feria, con Puerta Grande

Samuel Navalón salió a hombros de La Candelaria en la novillada del viernes / @Valdemorillo23

Samuel Navalón salió a hombros de La Candelaria en la novillada del viernes / @Valdemorillo23

Apunten el nombre porque dará que hablar esta temporada. Hace un año era un novillero sin picadores casi desconocido que ganó el certamen Kilómetro Cero en Vistalegre. Tras una temporada de rodaje y un debut en la Feria de Almería, Samuel Navalón ha comenzado el 2024 presentando sus credenciales a lo más alto del escalafón novilleril tras una tarde de gran dimensión y con gran proyección en Valdemorillo. Una oreja a cada uno de sus novillos y una notable imagen.

Salió ya a por todas Navalón ante su primero, el más fuerte de la primera parte de la novillada por hechuras y seriedad por delante. Se empleó el novillo en varas y el valenciano le dio fiesta con el capote en un ajustado quite por chicuelinas. De rodillas en el medio del ruedo comenzó la faena Navalón. Vibrante y valiente. Después el toreo fundamental, toreando encajado y largo por ambos pitones. Profundo fue el toreo al natural. Y después un valor natural para apurar las embestidas del buen ejemplar de La Cercada en la distancia corta. Epilogó la faena por bernadinas, siendo encunado por un exceso de confianza. Se volcó sobre el morrillo para dejar una estocada desprendida que resultó mortal de necesidad. La oreja tuvo su peso e importancia.

También quitó por chichuelinas ante el astifino sexto. Asfixiante el embroque de los lances, que llegaron mucho al tendido. Como las dos tandas en redondo que sopló al ejemplar de La Cercada. Toreando con largo y profundo trazo, girando perfectamente la cintura y rematando con pases de pecho de pitón a rabo. Al natural el novillo se ceñía más y ahí se la jugó el valenciano. No le importó y se puso muy de verdad por ese pitón. Regresó al diestro para terminar de cuajarlo por este lado antes de volver a enterrar la espada en el rincón. Cayó patas arriba el animal y a su esportó viajó la oreja que le abría la puerta grande del coso de La Candelaria.

El resto de la novillada tuvo menos historia por el descastado y deslucido encierro de La Cercada. Manseó desde salida el que abrió plaza, con el que Ismael Martín firmó un tercio de banderillas de menos a más. Tras el brindis, el bruto no quiso pelea en ningún momento. Rajado y sin celo, la faena fue el mundo al revés. El novillero detrás del novillo. Imposible a todas luces. La estocada viajó muy trasera y tendida, pero fue más que suficiente para tumbar al novillo. Con el cuajado cuarto, el salmantino volvió a estar voluntarioso con los palos y la muleta. El novillo del hierro pacense tuvo una movilidad que no vino acompañada de entrega y clase. Ismael quiso hacer las cosas siempre bien, tirando de las embestidas con mando. Pero al conjunto le costó romper. Saludo una ovación tras un pinchazo y una estocada.

Tuvo escasa presencia el primero del lote de Nek Romero. Pasó el utrero sin decir nada en los primeros tercios y llegó al de muleta moviéndose con más nervio que entrega. El valenciano se mostró siempre firme y dispuesto, conjuntando un trasteo afanoso y templado por momentos. Dos pinchazos previos a la estocada enfriaron a los tendidos. Saludó una ovación. Pocas opciones dio el serio y ofensivo quinto, un animal rajado que se llevó por delante al valenciano en el inicio de faena. Se repuso Romero, que cimentó sobre el valor una faena limpia y seria. Saludó una ovación camino de la enfermería.

Ficha del festejo

VALDEMORILLO (Madrid), viernes 9 de febrero de 2024. 1ª de Feria. Dos tercios largos de plaza

Novillos de LA CERCADA, desiguales de presentación. Conjunto bajo de casta y deslucido, sin terminar de romper. Destacó el encastado tercero, el más completo en todos los tercios

ISMAEL MARTÍN, silencio y saludos tras aviso

NEK ROMERO, saludos tras aviso y saludos

SAMUEL NAVALÓN, oreja y oreja