Ni gota de nieve en las estaciones de esquí

La que acabamos de dejar atrás no ha sido una Blanca Navidad. Ni rastro de nieve hay en las estaciones de esquí madrileñas. El inicio de año tampoco ha llegado con buenas perspectivas. No hay previsión de precipitaciones para los próximos siete días.

Ante este panorama, empiezan a desesperarse los aficionados al deporte blanco y aquellos que viven de ello. A pesar de que el ambiente soleado pueda parecer un reclamo para subir a la montaña a practicar otras actividades como senderismo o ciclismo, no es público suficiente para mantener los negocios de hostelería del Puerto de Navacerrada. "Nos afecta al 200% que en invierno, que es nuestro momento fuerte, no haya nieve. Aquí necesitamos la nieve para poder pasar el año entero... Viene gente con el buen tiempo, al paseo, pero no se genera como para mantenernos los doce meses", asegura Álvaro Fernández, propietario de uno de los establecimientos del alto serrano, el restaurante Dos Castillas.

Para colmo de males, tampoco el termómetro ayuda a fabricar nieve artificial. Todo ello se traduce en pérdidas económicas para escuelas de esquí, tiendas de venta y alquiler de material y equipamiento, forfaits... El cambio climático está causando estragos. Si la nieve llega pero tarde se tratará de salvar la temporada aunque cuesta cambiar las costumbres. "Si hay inversión térmica, aquí arriba hace más calor y no pueden funcionar los cañones de innivación. Vemos cómo se nos va la temporada. Ya se nos ha escapado diciembre, se nos está empezando a escapar enero... luego ocurrirá que caerá a finales de temporada, en marzo, como el año pasado, que teníamos mucha nieve, sí, pero la estación vacía porque cuando en Madrid ya hay más de 12 grados cuesta venir aquí con frío y ventisca. O cambia la mentalidad de la gente o vamos a seguir pasándolo mal", sentencia Fernández.

Más de lo mismo en la otra estación, en Valdesquí. Aunque hizo un amago de apertura en noviembre, la temporada también suele ser tardía. Pero ahora nada en el horizonte más inmediato. "A últimos de noviembre o principios de diciembre cayó bastante nieve y teníamos la estación preparada, estuvimos a punto de abrir, pero la previsión daba agua a corto plazo, como así ocurrió, y no llegamos a ponerla en marcha. La temporada pasada abrimos en enero, más o menos en estas fechas, así que solo cabe esperar, aunque cada día que pasa es un dia perdido y es desesperante", dice el director de la estación, Agustín Ramírez.

Así las cosas, a armarse de paciencia y pedirle al nuevo año que no tarde mucho en cambiar el parte meteorológico.