Colectivos vecinales y ecologistas vuelven a marchar por la apertura de la Colada de Las Latas
Este camino histórico conecta Colmenarejo con El Escorial a través de Galapagar, donde una finca particular tiene cerrado el paso, una situación que ha llegado a los tribunales
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Cuatro cañadas reales y un gran número de vías pecuarias, cordeles, veredas y coladas atraviesan el territorio de la Comunidad de Madrid. En total, más de 4.100 kilómetros de longitud y más de 13.000 hectáreas de superficie que constituyen un patrimonio histórico único en el mundo. Hay que protegerlo pero también disfrutarlo en toda su plenitud. Y en ocasiones esto no es posible porque los usuarios de estos caminos públicos se encuentran obstáculos que les impiden continuar recorrido. Es lo que viene ocurriendo desde hace más de tres décadas en la Colada de Las Latas a su paso por Galapagar. Un tramo permanece cerrado con un muro de piedra y una puerta de una finca.
Cada año por estas fechas varios colectivos ecologistas y vecinos particulares se echan al camino para reivindicar su apertura. Llevan mucho tiempo encontrándose el paso cerrado, pero curiosamente este domingo, 17 de marzo -Día de las Vías Pecuarias- las casi 200 personas que marchaban por la apertura de la Colada de las Latas se encontraron el camino abierto.
La sopresa, la incredulidad y, sobre todo, la alegría no les duró mucho. Apenas 800 metros les separaban de una nueva valla que corta el paso a esta colada que, desde tiempos inmemoriales, conecta Colmenarejo, Galapagar y El Escorial.
Liderando la marcha estaba, entre otros, Eulalia Ramírez, presidenta de la Sociedad Caminera del Real del Manzanares. "Creo que evitaron mayores problemas teniendo esa puerta abierta, que en otras ocasiones nos hemos encontrado cerrada. Pero ahí no empieza su propiedad. Desde esa puerta hasta su propiedad hay 800 metros de colada a la que no se ha podido tener acceso la mayor parte de las veces. Caminamos por esos 800 metros hasta que ya te encuentras una valla".
Son ya 36 los años que dura el tira y afloja con la propiedad por el paso de la Colada de las Latas. Con sentencias firmes que obligan a abrir el paso por la Colada y requerimientos de la Comunidad de Madrid que no se han ejecutado.
La Sociedad Caminera del Real del Manzanares lo califica como una "interminable pesadilla administrativa" que comenzó en 1988, cuando la empresa decidió, por su cuenta, cerrar el paso. Una decisión que han estado combatiendo desde entonces con una premisa muy clara. "Un camino público es propiedad de todos, no es un camino que tenga servidumbre de paso que atraviese una finca particular. Si tú tienes una finca que está atravesada por un camino público tú tienes la obligación de mantenerlo abierto y, además, amojonado", dice Eulalia Ramírez.
De momento no ha habido respuesta. Lo último que se sabe es que en enero de este año la propiedad puso otro recurso para no tener que cumplir con su obligación de abrir el camino. Aunque el Defensor del Pueblo se lo ha dejado claro. Puede recurrir, pero el camino, mientras se resuelven los recursos de la propiedad, tendría que estar abierto.
Hoy en día por las coladas, vías pecuarias y cañadas reales ya casi no viaja ganado trashumante. Pero sí ciudadanos que quieren hacer ejercicio al aire libre, que es el principal uso que se da hoy en día a esta red de Caminos Públicos.
También es una forma segura de conectar andando, en bicicleta o a caballo municipios entre sí, sin necesidad de utilizar las carreteras.