Los retos de futuro de las personas con Síndrome de Down
La inserción laboral, la emancipación y cambios en los estamentos sociales, sus principales preocupaciones

Los retos futuros de las personas con Síndrome de Down
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Hablar de Camino Martínez es hablar de éxito. Esta nadadora de Galapagar cuenta sus medallas al peso, no hay espacio en toda la casa para ponerlas. Eso sí, le faltan las medallas paralímpicas. Pide al Comité Olímpico Internacional el reconocimiento a los deportistas con Down, actualmente excluidos de los Juegos.
"No hago esta petición para las personas con discapacidad sino con Síndrome de Down que nos den la oportunidad, aunque sea en una prueba, de lo que somos capaces" señala esta campeona del mundo y de Europa.
Una petición que viene de lejos y que se refuerza este 21 de marzo, Día Mundial de las Personas con Síndrome de Down.
Personas como Alejandro que acaba de cumplir 18 años y, por tanto, se forma en la Fundación APASCOVI para ser parte de la vida adulta.
Alejandro ama el teatro y el baile. Quiere llevar su alegría a una empresa de bricolaje o naturaleza y hace una descripción clara sobre qué es el Síndrome de Down: "Es llevar calcetines de colores distintos".
El síndrome de Down es una alteración genética causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21, lo que se traduce en un grado variable de discapacidad intelectual y unos rasgos físicos que le dan un aspecto reconocible.
Cara y cruz en materia laboral
La inserción en el mundo laboral es uno de los principales problemas a los que se enfrentan las personas con Síndrome de Down. Las empresas avanzan en ello, cuenta a COPE de la Sierra Ana, vecina de San Lorenzo de El Escorial. Ella, no obstante, habla tres malas experiencias en tres lugares distintos que no supieron tratarla bien.
Ahora tiene puesto el foco en su futuro. Quiere trabajar con personas como ella. "Quiero ser dinamizadora deportiva para personas con capacidades diferentes, enseñarles pasos de bailes, motricidad y apoyarles también en el tema de sentimientos", dice.
Caso contrario es el de Bea que encontró su lugar, hace varios años, en una tienda de elementos deportivos donde ha ejercido de reponedora hasta hace poco. Ahora, ha conseguido su ansiado ascenso. "Me encargo también de temas de contabilidad y hago mucha formación", dice ilusionada.
El techo para las personas con Síndrome de Down tienen que ser las estrellas. No descarta, por tanto, que alguna persona con este síndrome sea gerente de tiendas como la suya el día de mañana. "Llegará, llegará", reflexiona feliz.
A Bea, a Ana y Alex, les da voz Camino con una observación que sirve de reflexión para días como este 21 de marzo: "nuestras capacidades son muchas más que nuestras discapacidades y esto es lo que queremos que destaque".