Médicas de entre 46 y 65 años: el blanco de las amenazas e insultos de los pacientes en la provincia

Las agresiones que se registran son muchas más que las que reflejan los datos oficiales porque muchos facultativos optan por callar

Isabel Bartolomé

Alicante - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Cada día los médicos se la juegan y se exponen a insultos, amenazas, e incluso a agresiones físicas. Una consulta puede terminar de la peor manera posible tan sólo porque el paciente no está de acuerdo con la atención recibida, no se le recta lo que quiere o considera que el tiempo de espera ha sido demasiado largo. El pasado año el COMA, el Colegio Oficial de Médicos de Alicante, registro 19 denuncias de facultativos "aunque son muchas más las agresiones que realmente suceden. Lo que ocurre es que los facultativos no denuncian por miedo a posibles represalias, por vergüenza de lo sucedido, o por cansancio ante la cantidad de trámites que conllevan", explica el secretario general del organo colegial, José Manuel Peris quien pide "penas más contundentes, que sean ejemplarizantes y disuasorias y que animen a los profesionales a denunciar más estos episodios violentos, una ley específica que los recoja".

Es en la Atención Primaria donde más agresiones se producen, llegando al 47 por ciento del total, y experimentando un importante repunte de estos episodios violentos en las Urgencias, con un 31 por ciento dle total. Hay que destacar el descenso de las agresiones físicas, dos casos frente a los cinco registrados en el 2022; y el aumento significativo de las amenazas y coacciones que han llegado hasta las 13 denuncias.

En el caso de las agresiones físicas, el cien por cien de los episodios violentos fueron contra hombres, mientras que las mujeres fueron las víctimas de las agresiones verbales en un 68 por ciento de las notificaciones registradas en el COMA, sobre todo profesionales de 46 a 65 años.

"Estamos preocupados porque los médicos están interiorizando este problema. Estas agresiones se las están tomando como una parte de su trabajo, y eso no es así", explica Peris quien añade que "esto les genera más ansiedad y estres y todos salimos perdiendo".

Hasta ahora el agresor era principalmente un hombre, pero en los últimos tiempos "estamos viendo como crecen también las mujeres y los menores. El perfil va cambiando".

Temas relacionados