La brigada más sostenible: ovejas contra incendios en Xixona
Se recupera una técnica ancestral para proteger el monte
Alicante - Publicado el
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Un monte seco y lleno de maleza es el caldo de cultivo perfecto para los incendios. Los bosques y campos ya no se limpian y cada vez están más llenos de masa forestal lo que los convierte en un verdadero polvorín si se produce un fuego.
¿Por qué se encuentran en esta situación los montes? Pues principalmente porque ya no hay ganado. No hay ovejas o cabras que salgan a pastar y eso hace que la maleza crezca indiscriminadamente y se convierta en un verdadero peligro en caso de incendio.
Mantener los montes limpios es tan sencillo como permitir el pastoreo. En el pueblo alicantino de Xixona, en la montaña, han decidido recuperar temporalmente este oficio. El Ayuntamiento ha contratado rebaños de ovejas que durante un mes han pastado en las zonas de cortafuegos del municipio. El ganado se ha alimentado de la maleza y el monte bajo, reduciendo así la cantidad de materia potencialmente combustible en caso de fuego.
En Xixona, se ha actuado en un área destinada a cortafuegos, previamente delimitada y bajo la supervisión de un pastor. En función de la zona que se quiera limpiar se permite más o menos ganado y también se delimita el tiempo que deben permanecer los animales pastando para conseguir reducir la cantidad de maleza. Se estima que una oveja adulta puede comer hasta tres kilos al día de materia seca.
La presencia de las ovejas ha permitido controlar el crecimiento de hierbas y arbustos que pueden convertir el monte en un verdadero polvorín si se produce un incendio forestal. Se ha logrado reducir toda la maleza en los cortafuegos permitiendo que estén limpios y que, en el caso de un fuego, los medios puedan acceder sin problema alguno.
La práctica del pastoreo también tiene más beneficios para el ecosistema ya que permite la dispersión de semillas y la producción de estiércol. Esto ayuda a que el suelo sea más fértil y se favorezca la biodiversidad.
Desde siempre los rebaños han sido muy útiles para mantener el monte en buen estado y minimizar el riesgo de incendios.