OPINIÓN I HÉRCULES
Juan Francisco Millán: "La credibilidad no se gana con comunicados"
Ortiz tiene dos pilares en los que empezar a construir su teórico cambio de imagen: el proyecto deportivo y la campaña de abonos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Hércules no encajó bien el domingo la caravana de herculanos pitando por las calles de Alicante contra la gestión de Ortiz y Ramírez. Prueba de ello fue el comunicado que sacó la entidad pocas horas después de la protesta. Ortiz está obsesionado con cambiar su mala imagen. Aunque publicamente dijera que se sentía querido, eso sólo fue fachada. Sabe de sobra que su crédito al frente del Hércules está agotado y que partir de cero es imposible. No hay duda de que el máximo accionista le está poniendo ganas e interés en cambiar las cosas. Pero conviene recordarle que la credibilidad no se gana de la noche a la mañana y mucho menos a base de comunicados.
Si Ortiz y Ramírez quieren empezar a cambiar las cosas, hay dos pilares fundamentales en ese "Hércules rompedor y profesionalizado" que pregonan que son innegociables: el proyecto deportivo y la campaña de abonos. Son indivisibles. Hay que hacer bien las cosas en esas dos líneas de trabajo. De nada sirve que llegue Carmelo del Pozo ni un comunicado llamando a la unidad del herculanismo si luego llega el socio de turno y decide subir los precios de los abonos o cobrar en la peor temporada de la historia el día de Copa del Rey ante el Recreativo. Son cosas que han pasado y que no se pueden volver a repetir. La palabra en el Hércules hace mucho tiempo que no vale nada y la afición quiere hechos para poder volver a sentirse orgullosa de su equipo y poder ir al Rico Pérez sin el temor de sentir vergüenza.
El propietario ha pasado a la primera línea. Se está fajando en la pelea por conseguir a Carmelo del Pozo y cerrar el mejor organigrama deportivo de estos siete años en Segunda B. Es un buen inicio; hay que reconocérselo. Pero que no se relaje. También ha seguido haciendo cosas mal. Ha dejado que Ramírez le ganara la batalla a Quique Hernández. El dinero ha vuelto a ganar al herculanismo. Por eso, la familia Ortiz no debe echarse las manos a la cabeza por la caravana de protesta del domingo. Ni salir al paso con un comunicado por la tarde. La credibilidad después de dos décadas hay que ganársela con hechos.