OPINIÓN: 'Soplaflautas', por Juan Carlos Gumiel

"Cada paso que se da en la contención de esta situación pandémica es una nueva puñalada por la espalda prefijada a los mismos: el ocio, la hostelería y el turismo"

La hostelería cierra de nuevo en la Comunidad Valenciana

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Paralizar y demonizar un único sector constantemente es el pago que nuestros gobernantes dan a una de las actividades que más dinero han generado para la sostenibilidad de la economía de nuestro maltrecho país. Y no es que se haya hecho mal, simplemente se ha hecho peor. Cada paso que se da en la contención de esta situación pandémica es una nueva puñalada por la espalda prefijada a los mismos: el ocio, la hostelería y el turismo.

¡Una actividad que se muere en vida! Fin. End. It's over. Es ist aus. C'est fini. Caput! ¿Dónde está ese estudio científico riguroso que nos certifique que el mal de todos los males está en este único sector productivo? ¿Dónde? ¿Dónde está ese informe científico y riguroso que nos diga que los transportes públicos abarrotados de usuarios, jornada tras jornada, no son preceptivos de situaciones igualmente de peligro inminente de contagio? ¿Dónde está ese documento serio y científico que nos diga el riesgo inexistente de contagio en una gran superficie con miles de ciudadanos en su interior toqueteando y trasteando con todos los productos en los lineales de venta?

¿Por qué tenemos la sensación que unos sectores concretos parece que no están expuestos a los riesgos de contagio y otros en cambio nos hacen creer que son los causantes de los nuevos rebrotes? Y debo ahondar en algo todavía más curioso y significativo. Ante la previsión que se tenía de una nueva ola de contagiados (tercera o cuarta ya) ¿Por qué no se han aplicado los criterios lógicos de frenarla en el conjunto de la nación, paralizando al máximo toda actividad y movilidad, pero dotando a las empresas de un colchón de subsistencia temporal? Sí, de ese escudo económico y social, que posibilita salvar la supervivencia de familias y pequeños empresarios que ya llevan tiempo con el agua al cuello... Puestos a endeudarnos todavía más con los fondos públicos y europeos, que sea por salvar un país de la ruina absoluta y no por seguir salvando dispendios y subvenciones a conveniencia de amiguetes y peajes de carácter político y partidario, que todavía podemos contemplar en partidas económicas totalmente inútiles y vergonzantes con todo lo que tenemos encima.

Dejémoslo claro, para los que tienen un sueldo de político nacional o autonómico en nuestro país no hay ningún problema de subsistencia, ¡Nin-gu-no!, pero para el resto de ciudadanos de clase media, (trabajadores, autónomos, parados o en Erte) el presente y el futuro de nuestra quebrada economía es una jodida y trágica realidad cotidiana. Ahora que digan los palmeros de turno, que esto es demagogia barata y les invito a que inmediatamente después, procedan a metérsela por donde la espalda pierde su honroso nombre. Que muchos ya estamos hasta los mismísimos de aguantar tanto “soplaflautas”.

El contubernio político actual se me hace bola. Y es más... me atrevo a sostener que son el verdadero problema de nuestra sociedad actual, con lo que les sufrimos, aquí no haría falta ni estudio científico ni comité de expertos alguno, para aseverarlo. Atravesamos por el momento histórico más grave de nuestro tiempo y están demostrando no saber actuar ni estar a la altura del pueblo y sus imperiosas necesidades. No es que den vergüenza, ¡¡DAN VERDADERO PAVOR Y HARTAZGO GENERALIZADO!! Demasiados muertos, demasiadas familias y empresas desahuciadas, demasiadas mentiras, demasiados despilfarros, demasiada insensibilidad, demasiadas dejaciones, demasiados acólitos mediáticos, demasiados sin sentido, y demasiada desvergüenza... ¡ASÍ LO AVALAN SUS HECHOS! Dicho queda…

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