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Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón atendió a casi 30.000 personas durante 2022

Esta cifra supone un 16 por ciento más que en 2021.

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COPE Castellón

Castellón - Publicado el - Actualizado

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Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, en el acto de transparencia y rendición de cuentas presentando su Memoria de 2022, constata que el empleo es un mecanismo inclusivo necesario pero no suficiente y que la vivienda es uno de los elementos centrales que determinan las condiciones de vida de las familias.

Todo ello, constata, una vez más, que los vaivenes económicos y las crisis afectan a todas las capas sociales, pero especialmente a las más vulnerables.

En este sentido, se recoge que la vivienda se ha convertido en un pozo sin fondo de las familias y que las políticas sociales deben añadir esta problemática como uno de los derechos básicos, junto a la educación, sanidad y las pensiones.

Por otra parte, se indica que hay sectores de la población que tienen grandes dificultades para encontrar un empleo digno, ya que este mercado los expulsa o solo pueden acceder a un empleo de poca calidad.

29.561 personas se beneficiaron, en 2022, de los diferentes servicios de Cáritas Diocesana, un 16% más que en 2021.

Cáritas destinó en la Diócesis más de 6 millones de euros en 2022 para la atención de las personas más vulnerables.

El 49% de los recursos aplicados se destinaron a atención social, principalmente a alquileres, alimentación, suministros y orientación y formación para la búsqueda de empleo.

Mientras, 1.776 personas realizaron donaciones económicas durante 2022 y 863 componen el voluntariado de Cáritas Diocesana.

Las 89 Cáritas Parroquiales atienden las necesidades de las personas más vulnerables en toda la Diócesis, desde grandes municipios a los más pequeños.

Al acto de presentación de la Memoria 2022, han asistido el Obispo de la Diócesis y Presidente de Cáritas Diocesana, D. Casimiro López Llorente, el Delegado Episcopal en Cáritas, Rvdo. Sergio Mendoza y el director de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, Francisco Mir, quien ha destacado que:

Ha descendido la edad de las familias atendidas. Cada vez son más jóvenes.

El 21% de las familias atendidas han sido casos nuevos. Sobre todo, mujeres.

Los acompañamientos que se realizan se prolongan en el tiempo, hasta tres años. Aumento de la cronificación de la pobreza y dificultades para salir de las situaciones de exclusión.

Se han incrementado el número de personas inmigrantes procedentes de Sudamérica y Caribe.

La capilaridad de Cáritas. 89 Cáritas Parroquiales repartidas en toda la Diócesis, atienden todas las realidades, tanto rurales en el interior, como urbanas hacia la costa.

Un 35% más de ayudas dedicadas a la alimentación.

La realidad que Cáritas ha mirado

De la Memoria de 2022 de Cáritas Diocesana se extraen las siguientes conclusiones:

Una vez más se constata como los vaivenes económicos y las crisis afectan a todas las capas sociales, pero especialmente a las más vulnerables.

El impacto de la subida del coste de la vida en general y de los gastos básicos en particular, aumenta el porcentaje de gasto que estos hogares han de destinar a comer, habitar y desplazarse, dejando muy poco margen para el resto de los gastos y nada para el ahorro.

También se constata que el empleo ya no es un mecanismo inclusivo suficiente, pues no es un mecanismo al que todas las personas tengan acceso (hay sectores de población que tienen grandes dificultades de empleabilidad porque este mercado los expulsa) y, aun cuando se logra un empleo, la calidad del mismo es incompatible con la calidad de vida.

Uno de los elementos centrales que determinan las dificultades de las familias en sus condiciones de vida es la vivienda. Esta se ha convertido en un pozo sin fondo para los ingresos familiares. Empleo y vivienda dignos constituyen los dos pilares básicos de estabilidad.

Esto nos lleva a reflexionar que, si bien el esfuerzo en el mercado laboral es necesario, nunca será suficiente si las mejoras laborales van acompañadas de aumentos desproporcionados en gastos que deben hacer las familias en cuestiones esenciales. Es decir, las personas no pueden soportar cualquier precio para alimentarse, calentarse y mucho menos para alojarse.

Ningún derecho se debe cubrir recurriendo únicamente al mercado, pues esto tiene un efecto perverso: quien puede pagarlo accede y, quien no, se queda fuera del nivel de vida adecuado y con ese derecho vulnerado.

Es urgente seguir avanzando en las propuestas de políticas sociales para ser diseñadas por administraciones públicas, que promuevan y potencien una comunidad social con el objetivo de complementarlas, sin pretender sustituirlas; capaces de conformar una sociedad del cuidado, de oportunidades y de esperanza, planteadas desde un enfoque basado en los derechos humanos, y en primer lugar el derecho a la vida, desde la concepción del ser hasta su muerte natural.

En definitiva, una sociedad de personas que abran los ojos sin miedos a la realidad de la pobreza y del sufrimiento que viven muchas personas y descubran el camino de la solidaridad, porque tienen mucho que ver.