La alerta en el Mijares por el retraso en las tareas de limpieza: "Vamos a tener otro fregado"

Casi 3 meses después de las fuertes lluvias y riadas que dejaron daños en 40 municipios de la provincia siguen los trabajos de limpieza y recuperación. Eso sí, hay un punto todavía en alerta. La presa de Cirat-Vallat sigue en nivel de emergencia 1 tras sufrir un fallo en una de sus compuertas, y dado el alto nivel de agua y suciedad todavía no se ha podido actuar. Para ello, necesaria es la limpieza en la zona alta, pero de momento el trabajo va poco a poco: "Uno de los graves problemas que hemos tenido es que al pasar el agua se ha llevado los azudes y el reparto de agua desapareció. No tenemos agua en las acequias".

Nos lo ha explicado en COPE Pascual Salines, alcalde de Cirat, que nos destaca el trabajo que se mantiene para recuperar la normalidad. Ahora, el objetivo es recuperar acequias y azudes que están todavía bajo las cañas y la maleza, de manera a recuperar la normalidad en las huertas de la localidad. Al menos, en aquellas que puedan hacerlo.

Y es que la riada que llegó tras la DANA supuso que "cuando el agua entró se desperdigó de tal manera que se llevó muchos trozos de huerta. Es imposible recuperarlo porque hoy la gente no quiere hacer ese tipo de trabajos".

Para ello, están contando con maquinaria cedida por la Diputación, y poco más. Y ahí llega la crítica de Salines. Lamenta por ejemplo que la Confederación Hidrográfica del Júcar no esté aportando más apoyo que una cierta ligereza en los trámites administrativos. Y más teniendo en cuenta el riesgo que puede correr la presa cercana si regresa el agua: "La Confederación Hidrográfica para mí es la culpable de lo que ha pasado. No nos ha permitido limpiarlo desde hace muchísimos años. Ahora han levantado un poco el pie pero avisándote siempre que no te pases. Ahora tenemos el río lleno de porquería. Si mañana baja agua otra vez todo eso se va a ir hacia la presa y tendremos otro fregado allí".

Lo que deja claro el alcalde de Cirat es que este trabajo de limpieza va a resultar vital para una comarca donde las playas fluviales y el visitante puntual son necesarios para su subsistencia, y todo lo que suponga no recuperar la normalidad puede ser un riesgo: "Si aquí la huerta no puede funcionar se pierde pero supone que suba menos de la mitad de gente al pueblo. Si ya tenemos un problema con la despoblación y además lo acrecentamos no poniendo las condiciones adecuadas, estamos perdidos".