¿Cuánto cuesta ser fallero en Valencia?

Las Fallas de Valencia son una de las fiestas más emblemáticas de España, con una tradición profundamente arraigada en la cultura. Sin embargo, ser fallero no es solo participar en los actos festivos durante la semana grande del 15 al 19 de marzo, sino que implica una serie de compromisos y gastos a lo largo del año. ¿Cuánto costaría ser fallero en Valencia en un año si empezamos desde cero?

Cuota de la Falla

En mediodía COPE en Valencia hemos hablado con Cecilia Herrero, fallera desde pequeña, ha sido Fallera Mayor, ha participado en Junta Central Valencia e incluso, actualmente, trabaja en una tienda de indumentaria fallera. Para unirse a una comisión fallera, el coste depende del tipo de falla a la que se pertenezca. En promedio, según la propia Cecilia, una falla media tiene una cuota anual de entre 350 y 400 euros, lo que equivale a aproximadamente 30 o 40 euros al mes. Esta cuota permite participar en todos los actos oficiales y actividades organizadas durante el año.

Adicionalmente a la cuota, también hay eventos como cenas o fiestas que pueden tener un precio simbólico adicional. Por ejemplo, en algunas fallas, los falleros pagan unos 3 euros por una cena en el casal. "Tú te llevas el bocadillo y la falla con esos tres euros pone el aperitivo".

La Indumentaria

Vestirse de fallero o fallera supone otro de los gastos más significativos. Un traje completo de fallera puede costar alrededor de 3.000 euros, incluyendo "tela, confección, manteletas, aderezo, peinetas, zapatos y medias", especifica Herrero. Para reducir este gasto, muchas personas recurren a prendas prestadas o van adquiriendo los elementos poco a poco.

Si se busca algo más sencillo, una tela básica puede costar entre 300 y 400 euros, mientras que un vestido de seda puede superar los 3.000 euros solo en la tela. Los espolines, utilizados por las falleras mayores, pueden costar entre 15.000 y 30.000 euros, debido al minucioso trabajo artesanal que conllevan.

UN DESEMBOLSO QUE NO ES DE GOLPE

Sí que es cierto que el gasto varía sustancialmente dependiendo de la comisión a la que uno pertenece, y de la categoría a la que pertenece esa comisión. Lo que sí destaca Cecilia es que no es necesario asumir todos los gastos de golpe, ya que se pueden distribuir a lo largo del año, o son desembolsos que se hacen una vez cada mucho tiempo, como por ejemplo los trajes o las peinetas.

Además, muchas personas comienzan como falleros de honor, participando solo en la semana grande con un coste reducido, y terminan inscribiéndose de forma permanente.