Una voluntaria de la DANA de Valencia aprende a beber el café de forma diferente: "Una gallega me lo dice"

Sara ha viajado hasta la Comunidad Valenciana para ayudar tras las inundaciones y, además de vivir la tragedia, otra compañera le descubre que añadir una mandarina no está tan mal

La joven voluntaria

TikTok: @sara_ardi

La joven voluntaria

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

En medio de la tragedia de las inundaciones que azotaron la Comunidad Valenciana durante la DANA de este año, una historia curiosa ha logrado capturar la atención de miles de personas en redes sociales. Sara, una joven que viajó hasta Valencia como voluntaria para ayudar en las labores de rescate y apoyo a los damnificados, ha vivido una experiencia que no solo la marcó por la magnitud de la tragedia, sino también por un insólito descubrimiento relacionado con el café. Un detalle aparentemente trivial, pero que en su contexto se convirtió en un pequeño alivio y una muestra más de cómo la solidaridad y las nuevas experiencias pueden surgir incluso en los momentos más difíciles.

Cuando la DANA azotó la Comunidad Valenciana, dejando a su paso lluvias torrenciales y graves inundaciones, muchas personas se vieron desplazadas y atrapadas por el agua. Voluntarios de toda España se unieron para ayudar, y entre ellos estaba Sara, quien decidió poner su granito de arena en la ciudad de Valencia. Mientras trabajaba en el rescate de personas, la reconstrucción de viviendas y la entrega de suministros básicos, Sara vivió de primera mano el impacto devastador que la catástrofe dejó en la región.

Pero entre la tensión, las emociones y las largas jornadas de trabajo, hubo un pequeño momento de distensión que Sara nunca imaginó que se volvería viral. Fue gracias a un gesto sencillo, pero fuera de lo común, relacionado con una bebida que todos conocemos: el café.

Un hombre camina junto a un graffitti que agradece la ayuda a los voluntarios mientras continúan las labores de limpieza en Paiporta, Valencia

EFE

Un hombre camina junto a un graffitti que agradece la ayuda a los voluntarios mientras continúan las labores de limpieza en Paiporta, Valencia

El momento que dio pie a la viralidad ocurrió en un descanso durante una de las interminables jornadas de trabajo. Sara, como buena gallega, estaba acostumbrada a tomar su café de una manera tradicional, y no esperaba que, en medio de la emergencia, una experiencia gastronómica tan inusual podría cambiar su perspectiva sobre el café.

el café de forma diferente

En ese momento, una de sus compañeras voluntarias, quien parecía tener más experiencia en las costumbres locales, le sugirió una combinación sorprendente: añadir una mandarina al café. Aunque al principio Sara se mostró escéptica, confiada en su gusto habitual por el café, decidió seguir el consejo y probarlo.

En un vídeo viral que rápidamente se difundió por TikTok, Sara comparte su experiencia con sus seguidores: "Me ha enfiado de ti, pero con todo, se ha perdido", comenta mientras prueba el café con mandarina. Aunque al principio dudosa, Sara terminó por reconocer que, contra todo pronóstico, la mezcla no era tan mala como pensaba. "No sé si me gusta o no me gusta. No me disgusta, de hecho, voy a volver a echar otra porque necesito una segunda opinión", dijo, mientras volvía a añadir más mandarina al café.

Este pequeño gesto, aparentemente sin importancia, no solo se convirtió en una forma de aliviar un día cargado de emociones, sino que también se transformó en un símbolo de apertura a nuevas experiencias, incluso en medio de situaciones extremas.

Varios voluntarios reparten café

EFE

Varios voluntarios reparten café

Lo que comenzó como un momento informal entre voluntarios rápidamente se convirtió en un fenómeno viral. En menos de 24 horas, el vídeo de Sara se compartió miles de veces en TikTok, y muchos usuarios no podían creer lo que estaban viendo. 

Una voluntaria de la DANA

La idea de poner mandarina en el café despertó tanto curiosidad como asombro, y muchos comenzaron a probarla ellos mismos, generando un debate en las redes sobre si esta peculiar mezcla de sabores era deliciosa o simplemente una rareza.

Lo que a simple vista parece una anécdota graciosa sobre un café inusual, en realidad refleja algo más profundo: la capacidad humana de adaptarse y encontrar consuelo, incluso en tiempos de dificultad. Sara, una joven gallega, no solo se unió a la labor solidaria en un momento crítico, sino que también se dejó sorprender por una tradición local que, aunque ajena a su cultura, resultó ser una forma de disfrutar de algo tan cotidiano como un café.

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