VALENCIA CF
...Y de repente, un extraño
Rubén Sobrino, que únicamente había jugado seis minutos hasta el partido contra el Sevilla, le da con su cabezazo el empate al Valencia CF.
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Fichado en el mercado de invierno pasado a cambio de cinco millones de euros procedente del Deportivo Alavés y sin que hubiera ninguna explicación razonada que argumentara ese desembolso, Rubén Sobrino lleva nueve meses en el Valencia CF sin haber hecho nada de ruido.
En el tramo final de la campaña 2018-19 debutó como titular en Celtic Park y lo hizo marcando el segundo gol che (así sonó en Tiempo de Juego) a pase de Cheryshev en la ida de los dieciseisavos de final de la Europa League. Parecía entonces un acierto su fichaje después de la sonada marcha de Michy Batshuayi tras su incorregible comportamiento. Sin embargo, después de aquel partido la aparición del delantero de Daimiel en los onces se fue diluyendo hasta casi desaparecer. Se quedó siete veces fuera de la convocatoria (incluida la final de la Copa del Rey) y estuvo un mes lesionado.
Su salida de la plantilla en verano se daba por hecha. Marcelino le había dejado claro que su participación iba a ser residual, pero él no arrojó la toalla. Decidió quedarse, pese a ser consciente de su condición de quinto delantero del equipo por detrás de Rodrigo, Maxi, Gameiro y Manu Vallejo.
Con el asturiano al frente, no fue citado en ninguno de los tres partidos de la temporada 2019-20 y ya con Albert Celades se estrenó en los últimos cinco minutos del triunfo del Valencia CF en San Mamés. Luego jugó un solo minuto frente a sus ex compañeros del Alavés y hasta ayer que, con las importantes bajas en la delantera y el marcador adverso, dispuso de 22 minutos y a fe que los aprovechó. Un testarazo suyo (así sonó en Tiempo de Juego) a golpeo de Dani Parejo se alojó en la portería de Vaclik y significó el definitivo empate a uno. Sin apenas celebración, su único objetivo fue que el partido se reanudara cuanto antes para tratar de voltear el marcador. Eso ya no pudo ser.