VALENCIA CF

Rubén Baraja: un año, dos permanencias y el sueño de Europa

El técnico cumple hoy 365 días al frente del banquillo. Cogió al Valencia CF en descenso, ha apostado por joyas de la cantera y ha ilusionado al valencianismo con la zona noble

Baraja, una bendición en Mestalla

Iván Herráiz

Valencia - Publicado el - Actualizado

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El Valencia CF encontró hace un año con Rubén Baraja a su gran bendición. Un hombre de club que conoce la casa, que no se mete en líos, que sabe dónde está y que ha sacado petróleo a una plantilla lastrada por la desinversión. Su personalidad para huir de los problemas y apostar por jóvenes muy talentosos en uno de los momentos más difíciles de la historia del club le han dado como entrenador el reconocimiento que ya se ganó como jugador sobre el césped. Aterrizó entre dudas por la inexistente experiencia en Primera y por la ausencia de un cuerpo técnico definido, entre otras cosas. Si bien, como aseguró Juan Sánchez en Deportes COPE Valencia, "ha callado muchas bocas". "¿Miedo de qué?", expresó El Pipo en su rueda de prensa de presentación.

Rubén Baraja empezó su etapa como técnico del Valencia CF el 14 de febrero de 2023. Lo hizo con el equipo recién entrado en descenso por primera vez en la temporada. La situación era insostenible. Gattuso se tiró del barco el 31 de enero cuando vio que no venían refuerzos y Voro no se vio capaz de sacar al equipo adelante, como sí había hecho todas las otras veces. Corona tanteó a Vicente Moreno, pero el delicado contexto económico hizo que El Pipo y la entidad che volvieran a cruzar sus caminos. Incorporó a Toni Seligrat a su cuerpo técnico, sumó de nuevo a Chema Sanz y apostó por la promoción interna de técnicos de la Academia VCF. Aplicó la lógica y el pragmatismo, esos que le han hecho no meterse en jaleos públicos por la falta de inversión contra la propiedad, como sí hicieron sus predecesores.

Dio tranquilidad a un vestuario muy nervioso. Los más experimentados que venían jugando estaban bloqueados y los chavales que empezaban a aparecer en las convocatorias nunca se habían visto en una situación tal en un club tan grande en la historia del fútbol español. El Valencia-Sevilla, que curiosamente se repite el sábado en Mestalla, fue un punto de inflexión. Se tocó fondo. No sólo por perder 0-2, sino porque se notaba la desesperación. Incluso de Thierry llorando desde la grada en un vídeo que se publicó en redes sociales. Baraja y Mestalla se dieron cuenta que no era suficiente.

Tras un comienzo con 7 puntos de 28 posibles el valencianismo se dio cuenta que el equipo le necesitaba. 42.023 aficionados llenaban Mestalla un miércoles. Fue el primer partido por encima de 40.000. Desde entonces y hasta ahora, el templo de la Avenida de Suecia no ha bajado de 41.000. Curiosamente el día del Valladolid tuvo un nombre propio. El de Javi Guerra. Ese al que Baraja se atrevió a sacar por primera vez ante el Sevilla y que le dio por marcar un gol por la escuadra que pasará a la historia del Valencia CF. Como el de Tendillo.

Con Mestalla entregado y miles de valencianistas en Elche, Baraja confió también en Diego López y Alberto Marí, que también dieron victorias clave ante Real Madrid y Celta de Vigo respectivamente. El equipo consiguió la salvación aunque tuvo opciones de descender hasta la última jornada en el Villamarín. Primer objetivo cumplido y con creces.

Renovación y nuevo capítulo

Como adelantó COPE, Rubén Baraja renovó en junio hasta 2025. Dos años más ganados con sangre. Pepelu, Canós, Amallah, Yaremchuk y ficha de primer equipo para 'La Quinta de El Pipo'. Y sobre todo un verano entero de pretemporada para trabajar y en el que 'limpió' el vestuario de jugadores como Castillejo o Cavani. El propio Baraja y Gayà en VCF Media reconocieron la importancia de ese hecho. Aseguran del vestuario que en agosto ya se notaban otras sensaciones. El Valencia CF empezó en Sevilla como acabó la campaña anterior: con protagonismo para la cantera. Javi Guerra dio la victoria en el Pizjuán. Visto el contexto de la campaña anterior y la poca inversión, el técnico solicitó que fuera la directiva la que fijara el objetivo de la temporada. Así fue. La presidenta fijó el objetivo de la salvación. Pero la plantilla se ha revelado y nunca ha asumido aceptar ese techo como objetivo.

Baraja ha conseguido un equipo ordenado, competitivo, construido desde atrás. Concede pocas ocasiones e interpreta mejor los partidos. Ha recuperado a jugadores como Guillamón y Yaremchuk, y tiene en Hugo Duro en números de goleador superando los dos dígitos. Con el lema del partido a partido, el Valencia CF ha conseguido colarse como que no quiere la cosa en la pugna por Europa. A falta de definir los coeficientes y el número de puestos que va a tener España en competiciones continentales la próxima temporada, el Valencia CF ha llegado a tocar la séptima plaza con un mes de enero en que encadenó 15 de 18. Se ha ido Paulista y no llegó Rafa Mir, sí Peter Federico, pero Baraja volvió a no transmitir mal rollo en sala de prensa. Centrado en el foco. Sólo el césped.

Por delante varios meses de competición para saber si el valencianismo puede ilusionarse con Europa. Entre medias, tendrá que corregir derrotas en el tramo final como Las Palmas, Girona o Getafe; suplir la falta de efectivos por fuera y devolver a Javi Guerra al sitio en que se ha demostrado como el futbolista más diferencial de la plantilla. También deberá reinventarse ante la falta de inversión de la propiedad, ante la lógica dificultad de sacar tantos jugadores de la cantera cada año, una vez promocionada una generación muy talentosa.

19 triunfos ha logrado como entrenador del Valencia CF, 9 empates y 17 derrotas. El técnico pucelano ocupa el 27º puesto en el ranking de victorias conseguidas por entrenadores que hayan dirigido al menos 45 partidos a la entidad blanquinegra. En varias ocasiones, Baraja ha mencionado a Simeone y el Atlético de Madrid, como ejemplo de proyecto y arraigo de un entrenador y un club. Es el espejo donde, seguramente, quisiera verse reflejado. Sin embargo, Baraja no es ajeno a la realidad del club. Su continuo estado de convulsión no le es ajeno y, aunque intenta aislar el vestuario de los despachos, sabe, como hombre de fútbol, que las dos cosas van ligadas y por eso prefiere ir paso a paso, partido a partido.

Hoy se cumple un año y Baraja ha hecho méritos para su continuidad, aunque preguntado por si le gustaría poder ampliar su contrato antes de final de temporada, el pucelano volvió a tirar balones fuera. Centrado en el césped. "A muerte" con su equipo. Hombre de club, pero ambicioso con que el Valencia CF pueda volver a donde le corresponde.