CRÓNICA COPE
Fin de un año horrible
Valencia Basket sucumbe por la vía rápida en los playoffs (64-87) ante el Barça que bate el récord de triples con 18 anotados
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Las lágrimas de Sam Van Rossom al acabar el partido, al despedirse tras una década de taonja y sin haber podido jugar, han sido lo más bonito de un choque sin historia. Otro.
Plácido, cómodo y comfortable duelo para el Barça que ha pulverizado el récord de triples en una eliminatoria de playoff con 18 anotados, mientras que Valencia Basket sólo ha anotado uno de los 18 que ha lanzado. Con estadísticas comparadas así, no parece que haya que añadir mucho más.
Álex Mumbrú cierra su primer año en el banquillo de la Fonteta de la manera más decepcionante. Con 32 victorias y 39 derrotas, metiéndose de milagro en los playoffs y saliendo de ellos por la vía rápida y sin apenas inquietar a su rival.
Suenan campanas de cambio en València. Hacen falta.
Sin defensa no hay baloncesto y no ha habdio ni un solo instante en los 80 minutos de eliminatoria en el que se haya podido albergar una mínima posibilidad de soñar con las semifinales. El Barça está en otro nivel y Valencia Basket, por lo demostrado, también. En uno mucho más bajo de lo que debería teniendo en cuenta la solera, la afición, la experiencia e incluso el roster. Los pitos de la Fonteta, que se han circunscrito al final del partido, son más que merecidos e invitan a una profunda reflexión. Tiempo hay por delante.