La lesión de Almeida supera la peor previsión

La lesión de Andre Almeida va camino de convertirse en expediente X. Desde que Deportes COPE Valencia contó el pasado 18 de octubre que el jugador había decidido de motu proprio parar ante la persistencia de sus molestias en la espalda, han pasado ya dos meses y supera, de largo, la peor de las previsiones para su recuperación. Y el problema es que, a día de hoy, no hay fecha de regreso.

El propio Rubén Baraja, convertido, como los anteriores técnicos, en portavoz médico, fue muy claro el pasado viernes cuestionado por la recuperación del centrocampista portugués “ tiene que pasar un tiempo para que la lesión mejore y tendrá que ir soportando el dolor. No hay tiempo de vuelta ni podemos presionarle”. La transparencia en las palabras del entrenador, aumentan la preocupación en torno a su vuelta al césped.

La realidad es que sigue trabajando en solitario en el gimnasio interior de la Ciudad Deportiva con los fisios. Su último partido fue en Sevilla en la derrota ante el Betis. Disputó 68 minutos siendo sustituido por Guillamón. Hasta entonces había jugado todos los partidos de las primeras ocho jornadas de LaLiga aunque ninguno completo. Las molestias le persiguen desde el inicio de la campaña y, seguramente por eso, su rendimiento estaba muy lejos del Almeida de la temporada anterior.

Decidió parar antes del choque en Son Moix ante el Mallorca. El dolor le estaba mermando su capacidad y además, iba en aumento. Por eso, habló con Baraja y con los médicos para buscar un diagnóstico exacto de su dolencia en la espalda. Las pruebas de imagen reflejaron un problema en una vertebra que se superponía a otra y era el foco del dolor intenso que sufría el futbolista luso. Sorprendentemente, no hubo parte médico por parte del club. Oscurantismo sospechoso. Fue el propio jugador quien dio luz a su lesión ante las cámaras de DAZN “tengo una fractura en una vértebra, un desplazamiento”.

Asomó unos días por el césped del campo 5 de Paterna a comienzos del mes de noviembre. Pero fue un visto y no visto. Volvió al gimnasio y sigue sin aparecer lo que confirma que la lesión no evoluciona como preveían en un principio los médicos y que hay que ser cautos y supeditados a las sensaciones y el umbral del dolor del jugador.