Luces y sombras de Quico ante sus accionistas

En un club acostumbrado a vender (y normalmente muy bien) futbolistas, no debería ser un problema tener que volver a hacerlo el próximo verano. Sin embargo, el Levante UD, esta vez, está obligado a hacerlo si quiere cuadrar las cuentas que presentará el próximo 16 de diciembre en la Junta Ordinaria de Accionistas. Y por un valor, además, de 17 millones de euros.

El club que preside Quico Catalán volverá a basar sus ingresos en los derechos de televisión (51 millones de euros) para alcanzar un presupuesto de unos 76 millones de euros, casi nueve menos que el aprobado hace trece meses en la pasada Junta.

Con estos números, el beneficio previsto en su presupuesto de ingresos y gastos para la temporada 2019-20 asciende a 698.000 euros, una cantidad muy lejana a los 12,5 millones de superávit que debe aprobar la junta por el ejercicio económico de la temporada pasada.

Porque el Levante UD, a fecha de 30 de junio de 2019, obtuvo 41 millones de euros por la venta de futbolistas, principalmente por el traspaso de Jefferson Lerma y Emmanuel Boateng al Bournemouth inglés y al Dalian Yifang chino, que le permite presentar un superávit récord de más de 12 millones de euros.

En la Junta también se someterá a votación la modificación de los estatutos para confirmar el aumento de sueldo del presidente Quico Catalán. Sin embargo, el actual consejo tendrá que dar las explicaciones oportunas a los motivos por los que un año después de haberse comprometido ante sus accionistas se ha retrasado la reforma del Ciutat de València y tampoco han comenzado las obras de la nueva ciudad deportiva de Nazaret.