La segunda unidad impulsa al Valencia Basket para tumbar al potente Virtus (79 a 71)

El Valencia Basket sigue haciendo un ejercicio de resiliencia según el calendario va pasando factura en la enfermería taronja. Cuando a mediodía se conocía la tercera lesión importante del mes de diciembre, la de Víctor Claver, después de las de Harper y Ojeleye, y después de la derrota del martes ante Partizan, costaba ser optimista. Llegaba Virtus, con su racha de cuatro victorias seguidas y su segunda posición por detrás del Real Madrid. Los brotes del martes de Pradilla y Robertson necesitaban mayor intensidad, y algún colaborador más. López-Arostegui y Buba Touré se han sumado para ayudar a darle un giro a un partido que en el descanso se encaminaba hacia la derrota.

El duelo ha empezado con un ligero dominio valenciano, muy ligero. Jones anotaba con fluidez, ocho puntos de los primeros veinte del equipo, pero el partido transcurría casi en un intercambio de canastas. La defensa aún no había calentado en ninguno de los dos contendientes. Shengelia hacía daño por dentro y Lundberg desde fuera. Aún así, la primera inyección de Pradilla y Robertson al partido, dirigida por Jovic, le ha dado un 26 a 21, minuto 10, a los de Mumbrú.

Touré, un portento físico con poca maña, pero mucho músculo, ha puesto un más siete muy temprano en el segundo acto, 30 a 23. Los boloñeses habian hecho un pírrico uno de siete desde el triple y costaba imaginar uno noche tan aciaga. Han subido su listón defensivo y Lundberg con dos triples, más una canasta de Hackett, ha propiciado un nueve a cero de parcial. Lás pérdidas, ocho en este cuarto, penalizaban mucho a los valencianos, en puntos y en eficacia defensiva. Virtus lo ha plasmado en el marcador al descanso, 37 a 47. Muchos puntos para Valencia Basket.

En vestuarios, Mumbrú ha apelado al orgullo y, con los problemas de faltas de Inglis y Davies, Pradilla y Touré han vuelto a pista. Inglis le ha volado los dientes a Pajola, literalmente. Guiados por un López-Arostegui en modo Spiderman, sembrando de telerañas defensivas el ataque transalpino, y los puntos de un Robertson cada vez más cerca de ser Kash, el anotador fluído que el curso pasado deslumbró en la ACB, los taronja sólo han concedido siete puntos. Siete, en diez minutos. Una exhibición. 21 a 7 de parcial, cerrado con dos bandejas de clase y personalidad de Jovic, para un valioso 60 a 54.

El último acto ha sido Euroliga en estado puro. Valencia Basket defendiendo, pero perdiendo balones que le impedían disfrutar del encuentro, y sentir siempre cerca a Virtus. Tan cerca que Cacock ha puesto por delante a los italianos, 63 a 64 para obligar a Mumbrú a parar el juego. Hermannsson ha devuelto el liderazgo en el marcador con una bonita penetración, antes de dejar paso a la dupla Jones-Jovic para dirigir los últimos tres minutos. Un tramo en el que Brandon Davies ha metido tres canastas, la mitad de sus puntos, para que Jones finiquitara desde los libres la novena victoria europea de la temporada.

El sábado llega el Granada para cerrar la semana y el club ya se mueve en el mercado. No sólo están a la espera de que Kevin Pangos arregle su salida de Milán, sino que Deportes COPE ha podido saber que el club valora seriamente incorporar un alero que ayude mientras se recuperen los lesionados Claver y Ojeleye. Justin Anderson (1'98, 30 años), jugador hasta este domingo del Breogán, es una opción en la que trabaja el club para reforzar el alero.

Anderson, con 242 partidos NBA a sus espaldas, es un gran atleta, zurdo, que conoce el baloncesto ACB y el europeo, con buena mano para lanzar desde el exterior y recursos para penetrar hacia canasta o generarse sus tiros. Esta temporada en el conjunto gallego ha disputado siete partidos de Liga, con una media de 23 minutos, 10'9 puntos (42'5% en tiros de dos, 30% en triples y 88'2 en tiros libres), 2'9 rebotes y 1'9 asistencias por partido. El club quiere ofrecerle un contrato de algo más de un mes y ver qué tal rinde. En contra juega que varios equipos de Euroliga también le pretenden.