Madrid - Publicado el - Actualizado
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Entre el suspense, el romance y la comedia se movía este elegante largometraje de Alfred Hitchcock, rodado en un fantástico tecnicolor y estrenado en 1955; una deliciosa película que trata con igual cuidado todas las vertientes de la trama deparando pequeñas sorpresas hasta llevarnos a un desenlace complaciente aderezado con notas de humor. No es una de las obras maestras del cineasta, pero merece reivindicarse como una pequeña joya de su filmografía.
Basada en una novela de David Dodge publicada con éxito tres años antes; la historia nos presenta a John Robie, un ladrón de guante blanco ya retirado en la Costa Azul que en sus buenos tiempos era apodado como ‘El gato’. Su tranquilidad se ve alterada cuando alguien, siguiendo su mismo modus operandi, está cometiendo robos llamativos. Ante tal situación lo primero que hace la policía es intentar capturarle. Consciente de que le será difícil demostrar su inocencia, decide aproximarse a quienes seguramente serán las siguientes víctimas del suplantador para atrapar al auténtico ladrón. Así que, haciéndose pasar por un millonario entabla amistad con una rica turista estadounidense y con su atractiva hija, Frances.
Pronto surge la chispa entre ambos, incluso él le confiesa su oscuro pasado, pero cuando las joyas de su madre desaparecen, hasta la joven heredera sospecha de su pretendiente. Ante tal circunstancia, Robie redobla sus esfuerzos por pillar al criminal con las manos en la masa. Con tal propósito prepara una trampa organizando un baile de disfraces para la alta sociedad de la Riviera francesa. Con este cebo consigue atraer y dar caza al habilidoso criminal, que finalmente resulta ser la hija de un antiguo compinche suyo, que también estaba enamorada de él. Resuelto el caso, regresa con Frances que le pide disculpas por desconfiar de él y se siente feliz al saber que John Robie se quedará junto a ella y también junto a su madre.
Sunbeam Alpine Mark 1
En el film el motor está muy presente; de hecho, lo que supuso toda una novedad para el director, fue el empleo de un helicóptero que utilizó para rodar tomas áreas de las persecuciones automovilísticas.
En una de las escenas vemos a los dos protagonistas paseando en un hermoso Sunbeam Alpine Mark 1 de color azul zafiro de 1953, un descapotable de dos puertas con un diseño elegante, que gana con el fondo de las bellas imágenes de la Costa Azul.
Muchas de esas carreteras por las que Grace Kelly conduce su descapotable azul están cerca de aquella en la que, lamentablemente, perdió la vida en 1982, con solo 52 años.
La empresa Sunbeam (‘Rayo de sol’) se remonta en su origen a finales del siglo XIX, como una fábrica de bicicletas fundada por John Marston. Fue su esposa quien le dijo que el sol brillaba en el chasis con fuerza, de ahí su nombre.
En 1899, casi a modo de prototipo, fabricaron algunos automóviles y en 1901 comenzaron a vender el primer modelo, el Sunbeam Mabley, un coche básico cuyas ruedas parecen las de una bicicleta. En 1911 ya producía 650 coches al año y en los años 30 amplío su producción a fabricar trolebuses. En 1938 se fusionó con la también británica Talbot, especializada en importar coches franceses al Reino Unido. De ahí nació la nueva empresa Sunbeam-Talbot. Ya en los 60 pasó a formar parte del grupo Chrysler y a finales de los 70 fue adquirida por Peugeot.
El Sunbeam Alpine fue lanzando en 1953 y debe su nombre al famoso Rally Alpino, un coche deportivo cupé, construido a mano, que también participó en varias competiciones con bastante éxito. Uno de sus primeros triunfos fue el trofeo Copa de los Alpes de 1953. Al volante se encontraba la piloto británica y también empresaria teatral Shiela van Damm, que completó la prueba sin ninguna penalización
Tenía un motor de cuatro cilindros en línea, con culata de aleación y tubos de escape gemelos. Disponía de una transmisión manual de 4 velocidades. Medía 4,27 de largo y 1,59 de ancho y pesaba casi 1.300 kilos. Su velocidad punta era de 152 kilómetros/hora.
Con carrocería y chasis de acero, llamaba la atención que las puertas no tenían palancas en el exterior y que carecía de ventanas laterales
Se fabricó solo desde 1953 hasta 1955. De los 1.582 automóviles producidos, 961 se exportaron a los Estados Unidos y Canadá, 445 se quedaron en el Reino Unido y 175 se fueron a otros mercados. Se ha estimado que quizás solo 200 se conserven actualmente.
El precio original eran unos 2.900 dólares, hoy han superado los 100.000.