ESTUDIO

La UPV pretende que la calle Colón vuelva a la "agonía" de un único carril

En este vídeo podemos revivir lo que fueron esos años

Vicente Herranz

Valencia - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Personal investigador del Instituto ITACA de la Universitat Politècnica de València (UPV) ha determinado que la reducción de carriles abiertos al tráfico general, y concretamente en la calle Colón de València, se traduce en una clara disminución progresiva del tráfico y una reducción de las emisiones de gases nocivos para la salud como los óxidos de nitrógeno (NOx) tanto en la zona afectada como en las zonas colindantes.

El estudio parte de ciertos errores, el primero es no tener en cuenta que el tráfico ha aumentado en toda España en torno al 2.5%. Que en València ha subido hasta el 8% en comparación a enero del 2024, a pesar de tener 120.000 coches menos rodando. Esto es debido también a las consecuencias de la DANA, con menos oferta de transporte público. 

El segundo error es hablar de porcentajes, o de números absolutos cuando conviene. Se afirma que: “Entre 2020 y 2023, la intensidad de tráfico se redujo a 350 vehículos por hora, al solo haber un carril disponible, lo que representa una disminución de casi el 60% respecto a la configuración con tres carriles generales. En paralelo, la ruta alternativa por la Gran Vía Marqués del Turia experimentó un crecimiento inferior al 5% en intensidad de tráfico”. En este último caso no se especifica el número de vehículos, porque la realidad es que el aumento del tráfico en la Gran Vía fue muy superior al eliminado en Colón.

El tercer error es no tener en cuenta a los vecinos de las calles adyacentes, que se han librado de los atascos, y por ende de la contaminación que sufrían cada minuto del día. En el vídeo se puede observar la realidad de lo que sufrieron gran parte de los vecinos de València. ¿Quién se puede creer que esa situación catastrófica es mejor que la que viven ahora los vecinos de Colón y alrededores?, se pregunta un vecino de Colón. La calle Sorní o Pascual y Genís han visto reducir de un plumazo el tráfico atascado, que según el estudio de la UPV no contaminaba tanto. 

Toda esta controversia puede nacer de que el Ayuntamiento de la ciudad no tuvo en cuenta los informes de la UPV sobre la Zona de Bajas Emisiones. Este trabajo se confió a SUEZ, una empresa que ya había realizado dichos informes en ciudades como Milán o París.

ESTUDIO UPV

El estudio desarrollado por el grupo de investigación TICs contra el Cambio Climático,  monitorizó el volumen de tráfico y las emisiones de gases de una de las vías de mayor actividad de la ciudad de València, la calle Colón, con datos desde 2012 hasta 2024.

Menos carriles, menos emisiones

Según apunta el equipo de la UPV, antes de la primera reducción de viales acometida en 2016, la calle Colón era una de las principales arterias para el tráfico rodado en el centro de València, utilizada no solo para desplazarse por el centro, sino también como vía de conexión de salida hacia el sur y oeste de la ciudad. El tráfico en esta calle era intenso, con valores que oscilaban entre 1.200 y 1.500 vehículos por hora durante las horas punta.

En el año 2016, la calle Colón pasó de disponer de tres carriles de tráfico general a dos por la implementación de un carril bici. Con esta medida, la media de vehículos bajó a 850 por hora. En el año 2020, durante el confinamiento por la COVID-19, se realizó una segunda intervención para sustituir otro carril por uno para taxis y autobuses, y se restringió el acceso directamente por la Porta de la Mar, quedando únicamente un carril para coches y motos. Por ello, entre 2020 y 2023, la intensidad de tráfico se redujo drásticamente a 350 vehículos por hora, al solo haber un carril disponible, lo que representa una disminución de casi el 60% respecto a la configuración con tres carriles generales. En paralelo, la ruta alternativa por la Gran Vía Marqués del Turia experimentó un crecimiento inferior al 5% en intensidad de tráfico.

El caso de la calle Colón es representativo y paradigmático para la ciudad de València. Las políticas activas de reducción del tráfico, aunque pueden generar un aumento en la congestión en ciertos puntos, tienen un impacto directo y positivo en la reducción de emisiones contaminantes, al reducir el número total de vehículos en circulación”.

Emisiones en movimiento y en parada

El estudio determina que, pese a que la reducción de carriles puede aumentar la congestión del tráfico, ese incremento en emisiones en parada fue menor que el ahorro de emisiones de los vehículos circulando, gracias a la drástica reducción del flujo de vehículos.

Antes de la reducción de carriles, las emisiones totales oscilaban entre 0,04 y 0,05 kg de óxido de nitrógeno por hora (NOx), mientras que, con la configuración de un solo carril disponible, estas se redujeron más del 40%. Cabe destacar que esta reducción de las emisiones totales ocurrió a pesar del incremento de las emisiones en parada, que aumentaron al pasar de tres (antes de 2016) a un carril disponible (de 2020 a 2023).

Reintroducción de un segundo carril y aumento de la intensidad del tráfico

A finales del año 2023, se revirtió uno de los dos carriles bus, que fue reemplazado por un segundo carril para el tráfico general y se permitió el acceso a la calle Colón por la entrada de la Porta de la Mar. Como resultado, la intensidad del tráfico ha vuelto a aumentar considerablemente en el último año. De hecho, el flujo de vehículos se ha incrementado aproximadamente un 35% entre noviembre de 2023 y noviembre de 2024. Asimismo, las emisiones totales de NOx subieron casi un 20% en el mismo periodo. Mientras tanto, la ruta alternativa por Gran Vía Marqués del Turia no ha reducido ni la intensidad de tráfico ni las emisiones contaminantes en esta avenida. 

Los resultados de este estudio se enmarcan en el proyecto PREDATICS, que tiene como objetivo la predicción y emisión de alertas sanitarias en episodios de alta contaminación atmosférica mediante el desarrollo de un sistema digital basado en datos satelitales por teledetección, sensores terrestres y modelos predictivos mediante inteligencia artificial (IA).

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