El 2024 para el campo valenciano: "El peor año de la historia reciente"

Las pérdidas en 2024 ascienden a 1.870 millones de euros. Sólo la DANA ha afectado a 50.000 hectáreas de cultivos. La riada ha terminado de poner la puntilla a un campo que venía arrastrando una de las peores sequías.

Isabel Moreno

Valencia - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

El peor año de la historia reciente para la agricultura valenciana”. Este es el contundente balance que realiza la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) de un 2024 vapuleado por la devastación de la DANA, pero también por la sequía, las plagas y enfermedades, los altos costes de producción, la competencia desleal de las importaciones, la fauna salvaje y los robos. La organización presidida por Cristóbal Aguado estima unas pérdidas récord de 1.870 millones de euros que aceleran el abandono de campos y granjas.

Las adversidades climáticas -primero la falta de lluvias y luego la fatídica DANA, además de otros temporales a lo largo del año- provocaron unos daños valorados en 1.640 millones. El segundo año hidrológico más seco de los últimos tiempos redujo drásticamente las cosechas de secano; elevó los costes en electricidad para regar y en tratamientos para combatir las plagas favorecidas por las altas temperaturas; multiplicó los costes de los ganaderos para suministrar alimentación y agua e, incluso, obligó a sacrificar decenas de vacas.

Después de la sequía, arremetió la DANA con lluvias torrenciales, inundaciones, pedrisco y tornados que afectaron a más de 50.000 hectáreas en Valencia y Castellón. Las mayores pérdidas se produjeron en las infraestructuras agrarias, las cosechas pendientes de recolección (cítricos, caquis, hortalizas y aguacates), las parcelas arrasadas y afectadas por asfixia radicular, los viveros, las explotaciones ganaderas, la maquinaria y los vehículos agrarios. Las medidas de apoyo aprobadas por las administraciones resultan insuficientes, dejan fuera a muchos agricultores afectados y están tardando demasiado tiempo en llegar, no en vano hay miles de campos que 78 días después se encuentran exactamente igual. Todo lo que no se haga en dos meses, probablemente suponga la pérdida de producción de la próxima campaña.

La falta de soluciones eficaces, la introducción de nuevas plagas procedentes de países terceros -en 2024 irrumpió con fuerza el trips Scirtothrips aurantii- y la mayor persistencia de las mismas a causa del cambio climático provocaron unas pérdidas de 80 millones a los productores y un desperdicio alimentario a pie de campo. A pesar de las mermas, los precios en origen se situaron en muchos cultivos por debajo de los costes de producción e, incluso, más bajos que en 2023 en los cítricos, la uva para vino tinto, el aceite de oliva, la almendra o la algarroba, elevando las pérdidas por problemas de comercialización a 70 millones.

Otros problemas de gravedad fueron los daños ocasionados por la fauna salvaje y los robos, que provocaron al sector agrario un agujero económico de 50 y 30 millones respectivamente. Como evidencia de la crisis de rentabilidad, en 2024 la Comunitat Valenciana dejó de cultivar 2.770 hectáreas y batió su propio récord histórico con 176.446 hectáreas abandonadas.

2024 fue asimismo un año convulso en materia reivindicativa y política. Las movilizaciones del sector, que ya eran habituales en la agricultura mediterránea, se intensificaron en toda Europa por los efectos negativos de la nueva PAC y el Pacto Verde sobre los productores también del centro y norte del continente. AVA-ASAJA convocó y/o participó junto a organizaciones agrarias y cooperativas en nueve protestas: hoguera del vino en Utiel-Requena (26 de enero), puerto de Castellón (15 de febrero), carreteras de Alicante (16 de febrero), puerto de Valencia (22 de febrero), centro de Madrid (26 de febrero), industria arrocera en Algemesí (15 de abril), Conselleria de Agricultura (21 de junio), Delegación del Gobierno (12 de julio) y Ministerio de Agricultura en Madrid (16 de diciembre). ASAJA convocó más de 70 movilizaciones distribuidas por 16 comunidades autónomas y Bruselas.