LEY VETERINARIOS
Así puede afectar a tu mascota la nueva ley de medicamentos veterinarios: "Delincuentes"
Las clínicas veterinarias hacen paros contra la restrictiva regulación de los medicamentos veterinarios
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Mascota en el veterinario
Valencia - Publicado el
4 min lectura
En los últimos días, el sector veterinario en España se ha visto envuelto en una fuerte controversia debido a la implementación de una nueva normativa que regula el uso de medicamentos veterinarios. Esta ley impone restricciones en la prescripción de ciertos medicamentos y ha generado una gran preocupación entre los profesionales del sector. Tanto es así que los veterinarios han llevado a cabo paros y movilizaciones en protesta. Para entender mejor la situación, hemos conversado con Luis Sena, secretario técnico del Colegio de Veterinarios de Valencia.
Según Luis Sena, la principal novedad de esta ley es la obligación de comunicar todos los antibióticos utilizados en la clínica veterinaria. "Esta medida ha sido la gota que ha colmado el vaso", afirma Sena, ya que supone un aumento significativo de la burocracia en las clínicas veterinarias, lo que a su vez impacta negativamente en la atención a los animales y encarece los servicios.
El problema no radica en la necesidad de controlar el uso de antibióticos, sino en la manera en que se ha implementado la normativa. "A nivel europeo ya existe un procedimiento eficiente para la comunicación de estos datos, pero en España se han duplicado los requerimientos, complicando innecesariamente el trabajo de los veterinarios", explica Sena.
CONTROL SÍ, PERO CON LOS MEDIOS ADECUADOS
No cabe duda de que la resistencia a los antibióticos es un problema global y que es necesario regular su uso. Sin embargo, la forma en que se ha diseñado esta normativa en España ha generado un profundo malestar en el sector. "Los veterinarios estamos muy concienciados con el problema de la antibioresistencia. De hecho, somos de los principales impulsores del concepto One Health, que reconoce que la salud humana y la salud animal están interconectadas", señala Sena.
El problema radica en que la normativa, en lugar de facilitar herramientas para un mejor control, ha impuesto barreras burocráticas. Además, se exige que antes de recetar un antibótico se realice un antibiograma, un análisis que no siempre es viable ni necesario. "Los veterinarios tenemos la formación y la experiencia para determinar qué medicamento necesita un animal sin necesidad de estas pruebas adicionales", agrega Sena.
Sanciones Desproporcionadas
Uno de los puntos más controvertidos de la nueva normativa es el régimen sancionador, que contempla multas que pueden alcanzar hasta 1.200.000 euros. "Nos están tratando como si fuéramos delincuentes, cuando nuestro único objetivo es garantizar la salud de los animales", denuncia Sena.
Aquí en España han sido muy restrictivos, cuando la Unión Europea, pues deja más libertad de criterio veterinario, basado en criterios científicos, para poder ejercer su trabajo. Nosotros nos conformaríamos al menos con la normativa europea.
Otro problema radica en que la normativa no distingue entre la atención a animales de compañía y la de animales de ganadería. "El foco históricamente ha estado en la ganadería, pero ahora se nos aplica la misma regulación a los animales de compañía, cuando las necesidades y riesgos son completamente distintos", explica Sena.
En el caso de los animales de ganadería, el control debe ser más estricto porque sus productos pueden llegar al consumo humano. Sin embargo, esta misma regulación aplicada a mascotas genera trabas innecesarias y perjudica tanto a veterinarios como a propietarios de animales.
aumento del coste de las intervenciones
Uno de los efectos colaterales más preocupantes de esta ley es la posible escasez de medicamentos veterinarios. "No hay la misma disponibilidad de medicamentos para animales que para humanos. Si un medicamento tarda tres o cuatro días en llegar, el mayor perjudicado es el propietario del animal, que debe hacer múltiples visitas al veterinario para obtenerlo", explica Sena. Además, muchas fichas técnicas de medicamentos veterinarios están desactualizadas, lo que genera inseguridad en los profesionales al momento de prescribir tratamientos.
A pesar de ser profesionales sanitarios, los veterinarios en España están sujetos a un IVA del 21%, el más alto dentro del sector sanitario. "Esto es una muestra más de que no se nos reconoce como lo que somos: profesionales de la salud", critica Sena.
El sector veterinario no está en contra de la regulación, sino de su excesiva rigidez. "En 2019 se aprobó un reglamento europeo que permite a cada país adaptarlo a su realidad. En España, en lugar de seguir esa línea, se ha optado por una regulación más restrictiva", explica Sena. Los veterinarios piden que la normativa se ajuste a la realidad de la clínica veterinaria, diferenciando entre animales de compañía y de ganadería y reduciendo la carga burocrática.