Un empresario valenciano alerta del problema de las ayudas de la DANA: "Una zanahoria"

La riada sufrida en la provincia de Valencia es una catástrofe en todos los sentidos. Por descontado personal, pero también empresarial. Desde los pequeños comercios de las localidades afectadas como panaderías, peluquerías o tantísimos otros que estamos viendo destruidos, hasta las empresas ubicadas en polígonos colindantes que han visto anegadas sus fábricas. 

Las imágenes de los propios dueños y trabajadores achicando agua, barro o intentando recuperar lo poco que ha dejado la destrucción de la DANA, se están sucediendo desde el primer día.

Jesús, portavoz de una de las empresas ubicadas en el polígono industrial Alquería Moret, en Picanya, Jesvy, cuenta en COPE Valencia, que fue consciente de la inundación de su empresa cuando le llamaron de la empresa de alarmas, “saltaron en todas las dependencias”.

“NOS HEMOS SENTIDO ABANDONADOS”

“A las seis de la mañana del día siguiente ya estábamos allí limpiando y dos días y medio habíamos conseguido limpiar relativamente bien el agua y el fango de la fábrica, pero hemos visto escenas dramáticas, es dantesco”, reconoce a Santi Pacheco, Jesús quien además explica que “nos hemos sentido muy abandonados y el esfuerzo inicial ha sido exclusivamente nuestro y de un montón de jóvenes que venían con ganas de ayudar, pero sin herramientas adecuadas, pero venían con todas las ganas, me emocionó mucho, venían a ayudar en lo que pudiesen”.

Han hecho y están haciendo todo lo que pueden para recuperar cierta normalidad y dar algo de servicio, pero “es dramático y los daños económicos van a ser muy difíciles de cuantificar, habrá muchas empresas que no podrán abrir, espero que nosotros nos salvemos”.

“En el polígono por el tipo de empresas habrá bastante supervivencia, pero los comercios de los pueblos, el pequeño comercio ha sido arrasado, esta tragedia abarca 200.000 personas, una catástrofe”.

Y LAS AYUDAS PARA LA DANA QUÉ

Jesús asegura que no va a meterse en política porque “todos son culpables, lo han gestionado mal” por parte de todas las administraciones y “al final el damnificado siempre es el mismo, el pueblo”.

Además, este empresario valenciano advierte que “está muy bien que se hable de ayudas, pero si van a llegar igual que en La Palma o igual que en otras situaciones como en Orihuela con el terremoto que hubo, que todavía después de diez años la gente está pendiente de recibirlas, pues eso no son ayudas”.

Además, Jesús pone un símil muy gráfico porque para él si lanzan ayudas, pero no llegan “es poner una zanahoria delante del burro para que el burro continúe andando, y perdón por la expresión, pero eso no tiene nada de ayudas. Eso es otra catástrofe”.

RESILIENCIA EMPRESARIAL

Jesús termina con un mensaje de optimismo y agradecimiento: "Afortunadamente, contamos con la colaboración de proveedores que se han ofrecido a cualquier cosa. Gracias a todos ellos y, desde luego, ánimo a toda la gente. Somos magníficos, vamos a empujar y vamos a salir de la situación que estamos".