El impacto tras la prohibición de los móviles en las aulas: "Hay un descenso"

La Conselleria de Educación prohibió el uso de dispositivos móviles en todos los centros docentes no universitarios sostenidos con fondos públicos durante toda la jornada escolar con dos excepciones: para actividades didácticas, y siempre bajo supervisión del docente, o por razones de salud u otros motivos autorizados por el centro.

La decisión fue tomada tras una encuesta realizada a finales de 2023 y principios de 2024 entre alumnado de 3º y 6º de Primaria, 4º ESO, 2º Bachillerato y 2º de FP Básica. Y algunas de las conclusiones del informe, llaman la atención el uso de más de tres horas al día de los móviles por parte del alumnado en uso lúdico. En 3º de primaria el 8% afirma pasar más de tres horas al día usando dispositivos, en 6º de primaria un 18%, en 4º de ESO un 23%, en 2º de FP Básica un 35% y en 2º de Bachillerato un 18%. Además de esas tres horas, los alumnos que hacen un uso moderado (entre una y tres horas al día), excepto en 3º de primaria todos superan las dos horas al día.

La Jefa de sección realiza un balance, que tilda, de positivo de esta norma en las aulas públicas. Por parte , desde los “centros y las familias” reconoce un agradecimiento, pero “otras cosa es como los ven los alumnos”. Los agradecimientos le llegan desde las diferentes “Redes Sociales y, a través, de los directores de los centros”, en los cuales se ha implementado la nueva normativa.

Llorca relaciona, de manera directa, el mes de la norma y el “descenso de las incidencias en ciberacoso”. Recalca que el declive en este tipo de conductas se hace más plausible en el último mes. Aunque, se demuestra un “aumento en la adicción” a los dispositivos, tras el uso de la normativa. Se encuentra “más problemas con alumnos mayores de edad”, pero Llorca recuerda que “aunque se sea adulto hay un uso inadecuado” de la tecnología.

Los objetivos de la medida son “favorecer la adquisición de habilidades sociales y de comunicación adecuada dentro de nuestros menores”, “evitar que los alumnos sean víctimas o autores de delitos, a través de la tecnología”, “prevenir adicción”, “evitar mal uso de la información” y “permitir un buen uso y un uso pedagógico”. Y a pesar del balance positivo, asegura que se va a “desarrollar una normativa que tiene que ver con la convivencia, que concrete mucho más estas situaciones”, como acoso o ciberacoso.